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t h r e e 〄

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El olor a café, aromatizante industrial y el ambiente que emanaba el clima artificial eran los principales toques que adornaban todo el edificio del "Señor Jeon".

La directora principal se paseaba por los pasillos del lugar, haciendo sonar sus altos tacones y luciendo hermosa con aquel pantalón hasta la cintura y su blusa elegantemente fajada. Su cabello teñido de un rosado poderoso se movía casi perfectamente a la vez de sus pasos, dando un complemental aspecto con aquellos papeles en su mano derecha.

Se dirigió sin pena a la más grande oficina de todo el edificio sin contar las salas de juntas. Golpeó la puerta y escuchó la voz de su jefe dando un corto y hasta casi ridículo "pase".

-Antes de que me digas ridículo, estoy afónico.- Dijo el de cabellos azabaches tocando un poco su garganta sentado en su escritorio, su mano izquierda permanecía en el teclado de su gran computadora revisando algún archivo importante.

Yong Sun rió, atrayendo la primera silla que vio hasta sentarse frente a su jefe, del otro extremo del escritorio.

-Necesito que me des tu firma en todos estos papeles, ¡Sin garabatos, Jeon! Los anteriores papeles parecían firmados por un niño de tres años, ¿Qué pasa, hombre?- El azabache tocó su frente en señal de irritación.

-Siempre estás de buen humor, ¿verdad?- Yong Sun asintió.

-De hecho sí, ni idea porque despiertas mi lado explosivo.- El más alto sólo negó por lo bajo, tomando los papeles de las manos de la pelirosa y poniéndolos a un costado de sus demás papeles.

-Ah, ¿Sólo vienes por eso? A veces olvidas que soy tu jefe.- La pelirosa frunció el ceño.

-Y a veces olvidas que soy tu noona.- Hizo un gesto irónico y Jungkook fingió que le disparaba con una pistola, ayudado de sus dedos.- Sí, vine por eso pero también quería avisarte algo. O bien, si quieres que no se escuche tan descarado, vine a pedirte un favor.

-¿De qué se trata?- Dijo buscando en su cajón sus pastillitas refrescantes de garganta.

-Mi sobrinito me acompañaría el fin de semana para ir de compras junto con Moonbyul pero a ella se le presentaron unos compromisos y sólo podrá mañana. ¿A qué viene eso? Yo sí podré ir pero tengo que adelantar cosas de la junta con los inversionistas y tendrán que esperarme mis dos amores aquí. Necesito que tengan autorización y esas cosas, con eso de que controlas hasta el oxígeno que pasa por tu edificio, quería que lo consideres.- Jungkook movía la pastillita por su boca escuchando atentamente.

-No.- La pelirosa frunció su ceño con la instintiva intención de reclamar. Jungkook comenzó a reír.- Era broma, claro que sí. Sabes que Moonbyul ha entrado aquí varias veces y con respecto a tu sobrino, podrá entrar si viene con tu novia.- Mencionó lo último con escalofríos.

-¡Oye! ¿Por qué ese gesto cuando mencionas a mi novia, eh?- Preguntó entre risas.

-Ah, no lo sé. Es amable pero la primera vez que se dirigió a mi me dieron unos escalofríos por su voz, y su aura tan... ¿Dominante? Me escucho tan tonto pero es intimidante. Me intimida y se supone que yo soy el que debería tener ese tipo de aura.- Yong Sun negó repetidas veces.

-Tú tienes un aura de pena ajena.- Jungkook le tiró la basura de su pastillita a la cara.

-Ya vete, ¿sí? Debo trabajar, soy un jefe ocupado.- Yong Sun se levantó de su asiento dando un vistazo al computador de su jefe; Solitario clásico.

Rodó los ojos y se dirigió a su propia oficina.

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