Cómo nos conocimos

9 1 0
                                    

Todo el cuarto era blanco: las paredes, las sábanas y mi bata

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Todo el cuarto era blanco: las paredes, las sábanas y mi bata. Siento, en mi brazo derecho, la aguja incrustada en mi piel, conectada a un fino tubo el cual terminaba en una bolsita ligada a un tubo de metal con rueditas. Había silencio, solo el sonido de la maquinaria al compás de los latidos de mi corazón. Me encontraba recostado en la cama de la habitación 17B en el cuarto piso. Acabo de terminar mi desayuno cuando una joven mujer entró vestida cuidadosamente en blanco papel por completo, para recoger las sombras y los utensilios de mi desayuno.

—¡Buenos días, Señor Black! ¿Puedo recoger su desayuno? — me senté en la cama y ella, gentilmente, levantó la bandeja de una pequeña mesa a mi lado. Sonrió y se marchó.

En la cama, junto a mí, había un gran álbum. La colorida portada decía 'Our Adventure Book'. Observé la portada por unos pocos segundos; este libro me trae demasiadas memorias. Toda mi vida, toda nuestra vida está aquí dentro. La puerta se abrió otra vez revelando a la hermosa chica de antes, con un envase naranja lleno de pastillas en mano.

—Aquí tiene, le traigo sus pastillas matutinas, Sr. Black.

—Lenna, te dije que no me llames así, llámame Mason.

—Está bien, Sr. Black; digo, Mason — dijo ella sonriente y con la mirada un poco avergonzada por su error, y miró el álbum que yacía a mi lado dejando las patillas en la mesita al lado de la cama. —Disculpe mi entrometimiento, pero ¿qué es ese libro que observa cada día sin excepción?

La miré y sonreí.

—Como sabes, tengo poco tiempo de vida. He tenido 3 ataques cardiacos y me inscribieron en este hospital hasta que llegue mi hora. Un día, comencé a pensar en mi entera vida. Miré hacia atrás y ví cuán problemática, difícil y retante, pero, al mismo tiempo, alegre y apasionada vida tuve. Haz visto que nadie ha venido a visitarme; es porque mi única hija está tomando su entrenamiento para ser una soldado del ejército estadounidense. Mis padres están muertos, así como mi hermano mayor. Mi querida esposa murió un año atrás y ese álbum contiene los más importantes eventos de mi vida con ella.

Tomé el libro, lo abrí mientras ella me miraba cuidadosamente con ligera curiosidad.

—Amelia, mi esposa; tú me acuerdas a ella. Amelia tenía unos grandes ojos verdes que llamaban la atención de todos, en conjunto con sus largas y negras pestañas; así mismo como los tuyos.

Lenna sonrió y me miró con compasión.

—¿Qué le pasó a tu esposa, Mason? — Me preguntó curiosamente.

—No, voy a contarte primero como la conocí.

Observé la primera página del libro, era una foto de Amelia y yo en el observatorio. De fondo se podían apreciar telescopios y computadoras, y ambos estábamos sonriéndole a la cámara.

—El observatorio es muy especial.

—¿Primera cita?

—Ahí fue donde nos conocimos.

How we metWhere stories live. Discover now