Descendió del auto, al ver a Hyun joong ahí, mientras esperaba que el portón eléctrico se abriera.
-¿Señor John Kim ,qué hace usted aquí? -preguntó con aspereza.
-Lo esperaba.
-¿Por qué?
-Porque no soy hombre que se detenga ante una negativa. Deseo hablarle y espero que esta vez me escuche.
-Ya le he dicho que no me interesa cuanto tenga que decirme. Admito sus disculpas y le ruego que se aleje de mi vida.
-¿Y también de la biblioteca de la señora condesa?
-Por supuesto. De lo contrario, un día no resistiré más y se lo referiré todo a mi abuela.
-Lo cual no dejará de ser divertido, porque yo también sé defenderme. Y estimo en alto grado el concepto que de mi ha formado su abuela.
-Un concepto que quedará aplastado bajo el peso de mis razonamientos.
-Young saeng -dijo de súbito, enderezándose-, dejemos de pelear y seamos buenos amigos. Conozco parte de su vida, en un rincón de la cual está su soledad, y yo me considero también muy solo.
-¿Trata de enternecerme?
-Trato de llegar a su sensibilidad.
-Puedo carecer de ella -rió, desabrido.
Hyun movió la cabeza de un lado a otro, denegando.
-Muy al contrario. La tiene a flor de piel, pero se empeña en doblegarla.
-¿No sabe usted mucho de mi?
-Lo que observo, y deseo ser su amigo.
-No acostumbro dar mi amistad a desconocidos que se ocultan en la oscuridad para robar besos a una persona indefensa.
-Ese beso... cambió mi vida. No estoy, pues, arrepentido de haberlo compartido con usted.
-Permítame que entre, salga del medio del portón, por favor.
-No antes de haberme escuchado.
-¿Desea que pida auxilio?
-No lo considero tan estúpido.
-Pues lo seré, porque si no me deja pasar, lo pido.
Hyun joong lo quedó mirando.
Young saeng se sintió nervioso bajo el peso de aquella mirada.
-Quítese por favor
-Sólo si me deja hablar -replicó, frío.
Y no se quitó.
Young saeng dio un paso al frente, llamaría al timbre para que viniera el servicio a verlo, pero Hyun se le puso delante.
-Al besarlo el otro día -dijo con reconcentrado acento-, lo hice por curiosidad. Una curiosidad insufrible.
-¿Acostumbra saciar así su curiosidad? -preguntó, mordaz, ocultando su nerviosismo.
-Nunca. Fue un acto irreprimible. Después de haberlo besado, comprendí muchas cosas.
-No me interesan sus descubrimientos. ¿Me permite tocar el timbre?
-Aún no. Necesito decirle que tras haberlo besado, no dejé ni un solo instante de pensar en usted.
-Ello no me halaga, señor Kim.
-Deseo tratarlo como amigo. No me intriga usted, pero dice algo a mi corazón, y es la primera vez que me ocurre con una persona, y quiero que sepa que desde hace muchos años busco en la vida la afinidad con alguien.
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El cambio mi vida.
FanfictionTenía veinte años y era la primera vez que se había tropezado con un hombre digno de su cariño. Pero era un hombre pobre y sin proyección de futuro... y el, en cambio, disponía de una sólida fortuna familiar. Y además, aquel hombre... ¡era el hijo d...