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Para que mentir, nuestro equipo va perdiendo. Estamos un poco tensos, es un partido importante y todos somos unos apasionados del deporte. Igual seguimos bebiendo una que otra cerveza, pero se alcanza a percibir un poco de tensión.

El medio tiempo acaba y suelto un suspiro resignado. Gil, mi mejor amigo me palmea la espalda un tanto fuerte para mi gusto, o más bien la lo tenso que me siento.

-Vamos chico, que esto aún no acaba- dice en medio de una sonrisa confiada que yo no creo en lo mínimo.

Se recarga en el sofá y se gira a ver los aburridos comerciales.

- Conocí a una chica- dice sin mirarme.
Eso hace que gire a mirarlo confundido al igual que Pablo y Javier.

- ¿Coge rico?- pregunta descaradamente Pablo mientras Javier suelta una nada disimulada carcajada.

Pienso en imitarlos, todos sabemos que Gil nunca busca nada serio, pero antes de hacerlo me lo pienso dos veces, lo miro un poco más detenidamente y empiezo a notar ciertos detalles, como su cara que comienza a tornarse roja, sus manos cerradas haciendo que sus nudillos se pongan blancos o como sus mirada se ve concentrada en un estúpido comercial televisivo.

Entonces todo se vuelve demasiado obvio, el comentario le ha molestado, él realmente tiene algo serio con esta chica y parece ser que todos lo notamos casi al mismo tiempo porque las risas cesan y se transforman en toses claramente incómodas.

-¿Quién es?- me animo a preguntar segundos después, con un interés cada vez en mayor aumento.

El partido tiene unos segundos que ha comenzado, pero nuestra concentración en el televisor se ha perdido. Y es que nunca le habíamos sabido de alguna relación seria en él. Simplemente nunca había ocurrido. Veinticinco años y este chico siempre había buscado divertirse. Y por la reacción que tuvo momentos antes, es más que obvio que esa chica le importa.

-La conocí en una fiesta,- comienza a relatar- Sé que no es el comienzo más idóneo pero para mí fue perfecto...

Y eso es todo lo que necesito para confirmar lo que ya tenía casi certero, lo hemos perdido, se nota, y no sé cómo sentirme al respecto. Mi mejor amigo ha caído.

Básicamente nos explica cómo fue un flechazo instantáneo y todas esas estupideces románticas que se ven en esas historias que aman las chicas, cosas que él nunca habría hablado de no ser porque realmente lo siente así.

Pablo y Javier hacen preguntas sin cesar, realmente interesados y yo solo me giro al televisor intentando entender el partido que va peor que antes.


Perdimos. Todos se han ido de mi casa y me encuentro limpiando, perdido en mis pensamientos. Tiro los envases vacíos a la basura y sacudo las boronas de las frituras al suelo. Sé que es tonto sentirme así, pero lo conozco desde que estamos en pañales, y sí, claramente no recuerdo esos tiempos, pero las fotos familiares lo demuestran, y si él deja todo por ella, también me dejará a mi ¿No?

Suelto un suspiro resignado mientras me dirijo a mi habitación. Al final de cuentas mañana será un nuevo día.



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