Jaula de Oro

Para siempre

Capitulo 6 Para siempre.

Se veía tan increíblemente sexy, no sabía cómo había sucedido pero ocurrió, así sin mayor explicación su muchacho se convirtió en ese hermoso joven de rostro encantador y curvas espectaculares. Y aunque él solía preferir la compañía de las mujeres, no podía negar que cada vez que lo veía en esos leotardos, casi pintados sobre su cuerpo, en lo único que pensaba era en enterrarse en lo profundo de ese culo y llenarlo de su corrida.

Richard Grayson era suyo, suyo desde que lo adopto. Suyo desde la primera vez que lo tomó. Nunca olvidaría esa primera vez con él, ¿cómo hacerlo? Si había sido la primera vez de su muchacho. Habían estado de viaje y estaban discutiendo por algo acerca de Dick sintiéndose mayor. Entonces ocurrió lo estrelló contra la pared besándolo desesperadamente al tiempo en que lo desnudaba, Dick no se resistió al principio, podía verlo estaba en shock.

Lo tumbo en el suelo, gritó y pataleó pero pudo dominarlo internándose en él; fue difícil al principio moverse dentro de ese apretado agujero, pero una vez que el pre seminal y la sangre comenzaron a lubricarlo pudo hacerlo con mucha mayor libertad.
Jamás había sentido un orgasmo con tal intensidad hasta que explotó en ese delicioso culo, salió de él despacio y notó como hilos de sangre se mezclaban con los de semen bajando por esos increíbles muslos.

Dick temblaba y sollozaba así que hizo lo que les parecía a ambos lo más natural, lo abrazó dejando que se refugiara en sus brazos para consolarlo. Lloró hasta quedarse dormido, entonces lo levantó y lo acostó en la cama, en donde horas después volvió a tomarlo.

Habían pasado algunos meses desde entonces, pasaba de media noche cuando llegó a la habitación de su robin, estaba dormido. Alfred lo había cuidado esos últimos dos días pero mañana volvería a la escuela, cerca de esas inútiles pelirrojas que lo perseguían como moscas a la miel. Sabía que era absurdo que se molestara por algo tan simple, después de todo, ellas nunca podrían tenerlo como él lo tenia. Y ahora tenía esa marca que le mostraría a cualquiera que intentase acercarse que ya tenía dueño.

De sólo pensarlo comenzaba a excitarse. Se quitó el saco y el pantalón del traje y se metió a la cama junto a él, besó su nuca percibiendo el temblor del menor entre sus brazos.

-Buenas noches Dick ¿me extrañaste?

-Bruce…

-¿Cómo sigues? ¿Estas sanando bien? ¿Has aplicado la pomada correctamente?- preguntó acariciando suavemente alrededor de la zona afectada

-Sí

-Me alegra. Déjame revisarte.- habló suavemente mientras bajaba los boxers de su gimnasta favorito, le encantaba que durmiera así con sólo esa prenda, y quitando la sabana dio un vistazo, el tamaño había sido el indicado. Una pequeña marca de cinco centímetros colocada de manera lateral en el glúteo derecho. Sería el eterno recordatorio para su niño de a quien pertenecía. -Se ve bien.- afirmó encendiendo la lámpara del tocador. -Se ve sexy, quiero  morderla, lamerla, quiero correrme sobre ella.

-Aún me duele Bruce…

-Lo sé mmh lo sé. Suspiró profundo mientras llevaba su rostro hasta la zona afectada. Lamió y beso alrededor de ella, sintiendo la tensión del cuerpo debajo de él.

-Por favor Bruce…

-Tranquilo amor yo no te lastimaría y no quiero que se infecte. Entre mas pronto sane, mas pronto podremos jugar con ella.- murmuró besando el redondo trasero llegando hasta su ano en donde no dudo para introducir su lengua.

-Mmnh no

Lo escuchaba gemir y sollozar, temblaba. Su boca decía que no pero estaba tan sumiso. No se demoró en prepararlo demasiado quería tomarlo de una vez.

-Ponte en cuatro Dick.- Ordenó arrojando lejos los boxers que permanecían en los tobillos de su muchacho, haciendo lo propio con su ropa interior.

-Bruce por favor Despaa…aaaah mmnhh..- lo obedeció sin discutir, estaba adolorido y asustado.

-MMnh aprietas tan rico…- gimió internándose en él moviéndose rápidamente en su interior, estaba tan caliente que en lo único que pensaba era en marcarlo por dentro igual que por fuera. Palmeó su glúteo izquierdo.

-Poor faaavvvvor Bruceee…

Dolor era todo lo que sentía podía verlo, no importaba, no en ese momento. Sólo pensaba en correrse, en otra ocasión se preocuparía por darle placer por el momento con el propio era suficiente.

-Dilo mmh di que quieres que me….corra dentroomnh.- habló tomando del suave cabello jalándolo fuerte.

-Ammh sí Bruce…

-Dilo….

-Dentro aaaah vente dentro aamh…

-¡Dick! Omnh.- gimió ronco mientras lo llenaba con una ultima embestida pegándose completamente contra su cuerpo. Al soltarlo el cuerpo cayó sobre la cama sin fuerza.

-Mnh Dick en verdad que eres increíble.- murmuró acomodase en la cama junto a él, haciéndolo voltear a verlo, para besarlo suave. Dick correspondía levemente a sus besos. -Mañana volverás a la escuela, dime ¿puedo confiar en que te comportaras bien?

-Bruce yo no …

-Sé que eres joven y querrás jugar con tus amiguitas, pero debes recordar siempre a quién perteneces.- dijo acariciando nuevamente la zona de la herida. -¿lo harás?

-Sí- contestó apenas en un susurro. Mientras algunas lagrimas cubrían sus ojos.

Se marchó de madrugada, tenía que dejarlo descansar y permanecer en su cuarto era demasiada tentación. Pensaba que tal vez un día tendría que casarse, un matrimonio fingido para satisfacer a la sociedad de gotham, tal vez con Selina. Pero sin duda Dick seguiría siendo su amante, era suyo para siempre.