Capítulo dos

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Corriendo a través de la cocina Ruby se dirigió a su habitación.

"¡Donde crees que vas niña!" La abuela gritó detrás de ella.

"¡Necesito un minuto Abuela! ¡O cinco!" Ella reiteró.

Cerrando la puerta detrás de ella Ruby se bajó los pantalones y se sentó en el borde de la cama. Sabía que hacer, había estado con hombres antes por lo que sabia que hacer. El único problema era que nunca había hecho esta actividad en particular a ella misma.

"¡Mierda!" Finalmente Ruby respiró antes de envolver sus dedos alrededor del pene que ya estaba goteando pre-cum.

No esperaba las sensaciones que atravesaron su sistema. Era como si alguien hubiera agarrado su corazón y lo hubiera acelerado. Muy diferente a cuando ella no tenia un pene y necesitaba unos minutos para llegar a ese punto. Ella ya estaba a mitad de camino y aún no había hecho nada.

Cerrando los ojos, Ruby bombeó su puño arriba y abajo en su polla mientras recordaba el olor que la había puesto en este estado. Olía a granos de café, canela y manzanas, definitivamente lo mejor que había olido.

Empujo su mano en su cabello castaño y los ojos brillaron detrás de sus párpados cerrados y se quedó sin aliento cuando sus caderas se sacudieron hacia adelante y vaciaron una cuerda tras otra de su semen en una vieja camiseta que había estado tendida en el piso.

"Dios" Suspiró mientras caía sobre su cama respirando pesadamente. Ese fue un orgasmo intenso.

"¡Si ya terminaste niña regresa y lávate las manos!" La abuela le había susurrado en voz baja ni siquiera un minuto después que Ruby estuviera refunfuñando en su cabeza y su rostro se ruborizará. Lo único malo de tener una abuela hombre lobo era el hecho de que cada vez que intentabas reventar una nuez ella escuchaba todo.

"Ya voy" gruñó antes de arreglarse. Cambiando su ropa interior y arreglando su cabello Ruby se aseguró de parar en el baño para empapar la camiseta y lavarse las manos.

"La mesa siete necesita rellenos, hazlo" Fue todo lo que dijo la abuela mientras le daba a Ruby la bandeja con las bebidas.

"Si abuela." Ruby suspiró antes de apresurarse a cumplir la orden. Solo un día mas en el restaurante.

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Mas tarde en la noche Ruby y Emma estaban en el Rabbit Hole.

"Entonces Ruby, ¿Qué pasó contigo esta mañana?" Emma preguntó cerca de terminar su primera cerveza.

"¿Qué quieres decir?" Ruby preguntó nerviosamente. No quería hablar sobre esta mañana.

"Con Ruby jr. que ha estado bastante codicioso cerca de mi últimamente" Le preguntó Emma bromeando.

"Eres como mi hermana. Y hace años se suponía que debía ser tu madrina. El incesto no es mi estilo" Resopló Ruby.

"Entonces, ¿Qué era? Un poco tarde para una mañana en el bosque" Afirmó Emma.

"Si... ¿Por qué quieres saber?" Ruby preguntó con una sonrisa nerviosa.

"Solo estoy comprobando. No puedo dejar que mi hermana se avergüence a sí misma en público, ¿O si?"

"Yeah esto te haría una hermana de mierda" Ruby estuvo de acuerdo y luego se rió mientras Emma la empujaba. "Gracias por preocuparte."

"No hay problema."

"Es solo que tengo que encontrar a mi compañera. Puedo sentirla sabes, pero no tengo idea de dónde esta o quién es, todo lo que puedo decir es que esta ahí afuera." Ruby refunfuñó.

"No te preocupes. La encontraras Ruby. Sé que lo harás," Le dijo Emma con calma, colocando una mano en su hombro.

"¡Bien entonces vamos a otro tema!" Ruby gritó mientras agarraba su vaso. "Te reto a un concurso de disparos. Quien tome dos vasos de cerveza mas rápido gana" Declaró Ruby pidiendo dos cervezas para las dos.

"Vas a perder" Aceptó Emma.

"¡Vamos!" Leroy gritó desde un costado de ellas, obviamente escuchando a escondidas. Lo bueno de Leroy era que no le importaba lo que oía.

Alfa RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora