Capítulo cinco

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Ruby y el lobo gimieron de dolor. La marca del alma era su forma de reclamar a su compañera. Combinando sus fuerzas de vida y magia para convertirse en uno.

"No, Ruby. Cálmate. No puedes hacerlo hoy. No recuerdas que mañana es la reunión del pueblo y soy la alcalde. Pero después esta bien." Regina se apresuró a decir al ver que había herido involuntariamente a su alma gemela.

"¿Eso es todo?" El lobo preguntó tratando de aferrarse a la paciencia que le quedaba.

"Si." Regina gimió antes de jadear cuando el lobo en un suave movimiento la penetró.

Ruby era grande pero fue su punta lo que sorprendió a Regina. Había dolido un poco cuando Ruby había entrado en ella, su canal era demasiado pequeño para llevar a Ruby tan rápido pero ambas estaban bien lubricadas adecuadamente y pronto ella no pudo evitar gemir de placer.

Ruby clavó sus garras en el colchón debajo de ella para evitar dañar a Regina. Al entrar su lobo decidió devolverle la mitad del control para que pudieran disfrutarlo por igual.

Regina era nada que Ruby hubiera tenido antes. Claro, Ruby había tenido su parte justa de mujeres, pero aún así, nunca había tenido ninguna de ellas también como Regina. Era como si fuera la pieza que faltaba del rompecabezas de Ruby.

Se ajustaba muy bien y cada vez que Ruby empujaba, el cuerpo de Regina actuaba de inmediato tratando de mantenerla dentro.

Regina había tratado de envolver sus brazos alrededor de la espalda de Ruby pero eso era inaceptable. Ella era la alfa en esta relación. Regina no controlaría esta sesión. Agarrando las manos de Regina con las suyas, las sostuvo sobre su cabeza y empujó sus caderas poderosamente hacia la mujer debajo de ella.

Era tan suave, cálida y húmeda, y era tan receptiva mientras gritaba en cada empuje, se arqueaba a cada mordisco, y gemía en cada beso. Ajustando su situación, Ruby hizo una pausa cuando Regina dejó escapar un grito mas fuerte, arqueándose tan lejos de la cama que estaba segura de que había corrido el riesgo de romperle la columna. Tenia los ojos tan dilatados que Ruby no estaba segura de si Regina podría verla en este momento.

Empujando en el mismo lugar otra vez, Ruby fue recompensada con la misma reacción y rápidamente se dio cuenta de que había encontrado el punto g de Regina. Apresurando el ritmo, se aseguró de golpear su dulce punto cada vez que empujaba.

El cuerpo de Regina se consumió de placer cuando Ruby entraba y salía, tomándola y dandole algo mas a cambio. Podía sentir la gruesa cabeza de Ruby mientras se abría paso dentro de ella y amaba como era la primera en entrar y la última en salir. Con un empuje particularmente duro, Regina sintió que su cuerpo se agarrotaba mientras sus paredes internas se apretaban alrededor de Ruby en su orgasmo.

Ruby continuó empujando suavemente dentro de Regina para ayudarla en su orgasmo y cuando se calmó comenzó a atacar nuevamente. Esta vez aunque Ruby estaba segura de que ella se vendría. La sensación de las húmedas paredes de Regina estrechándose y masajeando a su alrededor era demasiado y estaba segura de que se quedaría ahí.

Pronto el empuje de Ruby se volvió rápido y desigual mientras sentía la hinchazón comenzaba en la base de su polla, cada vez era mas y mas difícil moverse dentro de Regina. Finalmente Ruby se quedo dentro y sobre la reina mientras sentía que se corría, y quedaba anudada en ella.

"Mierda."

Regina acababa de calmarse de su orgasmo cuando Ruby había empujado con fuerza dentro de ella antes anudarse. Sintió la que parecía ser una gran bola en el pene de Ruby antes de darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Con Ruby atrapada dentro de ella, el lobo la llevó a otro orgasmo. Esta vez no pudo resistirse y había logrado soltar sus brazos del lobo y clavarle las uñas en la espalda.

Respirando pesadamente, Ruby y Regina trataban de recuperar el aliento. Ruby recuperándose primero decidió que sería mejor darles la vuelta para no tener a Regina en la incómoda posición de soportar su peso. Se aseguró de maniobrarlas con cuidado.

Cuando un hombre lobo anudaba podían pasar de cuarenta y cinco minutos a una cantidad ilimitada de horas. Con el nudo podían expulsar tres veces mas semen que en una eyaculación regular y también la bloqueaba en su lugar asegurando que su semilla no se filtrara antes de que alguna tuviera la oportunidad de alcanzar el útero de Regina. Doble mierda.

Ruby se dio cuenta de que el lobo había vuelto al asiento del pasajero en su mente y control, decidiendo que no tenía ganas de lidiar con la limpieza y el efecto de su apareamiento. El bastardo.

"Regina, yo -" Ruby intentó decir antes de que Regina la callara.

"Lobo. Estoy cansada. Hablaremos mañana y asumirás la responsabilidad." Regina le dijo habiendo llegado a la misma conclusión. Ruby probablemente le había hecho romper la maldición autoinducida de infertilidad. Ella entendió lo que podría significar anudar pero habla sido advertida.

"Pero Regina anude en ti," Ruby susurró nerviosamente.

"Ruby no me hagas desterrarte al sofa antes de que tengas la oportunidad de mudarte. Hablaremos mañana, lo prometo, pero esta noche parece que la gran alfa mala ha hecho su trabajo. Estoy agotada." Regina le dijo y Ruby envolvió sus brazos alrededor de Regina. Podía sentir la fatiga de la mujer y decidió dejarla dormir.

"Hice un buen trabajo," No pudo evitar decir cuando pensó que Regina se había quedado dormida. Ella fue recompensada con un bufido mezclado con risa.

"Uno muy bueno." Regina ronroneó en su cuello antes de finalmente quedarse dormida. Ruby la siguió poco después.

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