Sentimientos Mortales

ꕥCapitulo 2ꕥ

Al momento en el que los bomberos entraron, me refugié entre ellos
—Señorita, ¿Qué hace aquí? Venga hacia acá, la ayudaremos—Dijo un hombre a medio gritar mientras me tomaba del brazo.
—¡Suelteme!—dije mientras movía mi brazo de forma brusca.
Tenia miedo de que no pudiera salvarme de esta, pero aun así tendría que hacerlo por Jane y por Gleidy, en ese momento me di cuenta de que ellas dependían de mí, ellas eran menores que yo y eran mi responsabilidad.  
—Señorita, debemos protegerla—Expresó mientras me soltaba el brazo dejándome una marca roja.
—Pues yo no quiero que me salve, yo sola lo haré.

Mientras tanto se veían escombros en todo el suelo, habíamos destruido el lugar;  solo pensaba en las maletas ¿donde están? Busqué en cada planta que veía, pero detrás de ellas no había nada, me fijé en una planta que quedaba cerca de la puerta y maravillosamente allí se encontraban, las tomé y me dirigí a la salida. Al tener la puerta  casi abierta, miré atrás y se escuchaban varios lloriqueos, gritos de angustia; las piernas me empezaron a temblar así que era tiempo de salir.

Cuando puse el pie en el escalón de salida, Gleidy movió sus brazos de un lado a otro queriendo darme señales para que fuera a donde están ellas.
Jane me abrazó y me dijo
—Estábamos apunto de entrar, realmente estábamos muy preocupadas por ti—Jane tomó una de las  maletas y Gleidy la otra.
—¿Ahora a donde vamos?—Preguntó Gleidy mientras se acomodaba la mochila por los hombros.
Eso si no lo había planeado, no sabia que había mas allá de las puertas del internado, solo se veían árboles y mas árboles, la oscuridad era parte de ese lugar, se veía tan tenebroso, como un bosque de películas de terror.      
  —Por ahora lejos de aquí—Respondí—Saca las linternas del bolso Jane—Cuando ya teníamos las linternas encendidas nos adentramos al bosque, centradas en la idea de que esa era la única salida y la única llegada a la ciudad. En el camino Gleidy empezó a tararear una canción, enseguida Jane y yo la reconocímos , era Wonderwall de Oasis y le seguimos la letra; duramos unos cuantos minutos cantando, el ambiente era mucho mejor
—Me duelen las piernas—Expresó Gleidy con mucho dolor, en su voz se sentía el cansancio, habíamos caminado un kilómetro y medio  por lo menos, eso es mucho para una niña como Gleidy, tan solo tenía dieciséis años, sus piernas no estaban para caminar tanto.
—Está bien, deberíamos descansar un poco—Propuso Jane—Además deberíamos comer algo.
Nos sentamos en la base de un árbol, todo estaba muy oscuro, solo contábamos con la luz de las linternas ya que la luz de la luna no llegaba a tal espacio.

—Quedate quieta Eva—Me expresó Jane de forma burlesca y a la vez de temor
—¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así?—Dije apunto de reír—¿Me parezco a Eva?—Me miraban sorprendidas y muy asustadas, el pánico no las dejaba hablar
—Tienes…tú tienes…Una serpiente encima de la cabeza—Mientras Gleidy dijo eso, mi corazón empezó a palpitar a cien, el miedo se apoderó de mí y no se me ocurría nada para alejarme de ahí; Jane se levantó  y se fue a buscar una rama para así poder retirar a tal reptil de mi cabeza.
—¡Ya casi!—Gritó Jane—¡Allá voy con la rama!—Jane venia corriendo a tal velocidad  que la linterna alumbraba a todos lados menos al suelo y no notó unas raíces que brotaban del suelo, así que pasó lo que se suponía, Jane cayó al suelo de tal manera que la rama salió volando como un pájaro y la serpiente se escabulló entre las hojas del suelo alejándose por tal estruendo; en ese momento Gleidy soltó una carcajada que hizo que el dolor de Jane y mi miedo desaparecieran, fue algo muy cómico, ella cayó al suelo como cuando tienes mucho sueño y te tiras a la cama a descansar, algo así fue su caída
—Por lo menos la serpiente se fue—dijo Jane y se quedó en el suelo mirando a cielo con una sonrisa en su rostro
—Por fin estamos afuera, siendo lo que deberíamos ser, libres y sobre todo, personas—Gleidy se acostó a la lado de Jane seguida por mí.
—Uno es lo que elije ser, y aquí estamos siendo lo que queremos—Les expresé.