Dylan

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Es estresante la distancia de mi instituto hasta casa, es lo bastante lejos como para caminar, pero al mismo tiempo creo inútil los casi 10 minutos de autobús.

Al menos esto ayuda a mi colección de boletos.

El mismo autobús de lunes a viernes, siempre en el mismo asiento. Ya no a la misma hora, ya que mis horarios han cambiado, ahora salgo de clases una hora antes, y al parecer el horario calza con el del instituto de la siguiente calle.

Me abrumó como el autobús pasó de ser un paraje totalmente silencioso de colores grises y marrones a uno lleno de bullicio, con muchos adolescentes de camisetas blancas con bordes en un azul rey.

El chófer se veía tan molesto como yo.

Un grupo en específico, el que está justo en paralelo a mí no deja de emitir carcajadas, y ya que los fulanos estaban interrumpiendo la música de mi rubio favorito supongo que me era justo verles las caras.

No era un secreto que aquel instituto no era del alcance de todos, se notaba con todas las chicas rubias y de ojos de colores, y los chicos con sus instrumentos de deporte (que claramente no hay en otros establecimientos, ¿quién tiene equipos de tenis en la secundaria?)

Pero me descolocó que justo en el centro de ellos, había un chico que no pegaba con el estereotipo al cien por ciento. Si, tenía los ojos de un color particular, pero su pelo era azabache igual que el mío, (sólo que gracias a las tinturas el mio tenía reflejos azules) tenía piel clara y limpia, pero aún así tenía marcas en su cara, asumí que podían ser heridas por afeitarse, el chico... No era feo, quiero decir, para nada, obviamente era bastante atractivo desde donde se mirase, por algo estaba en el centro del bullicio y las rubias dirigían sus miradas sólo a él.

Le debo disculpas a Raen Lion por no prestarle atención a sus canciones en el camino.

Espero nadie me hubiera visto, quedé embobada por el chico.

Gracias a todos los dioses aquel instituto enviaba a bordar los nombres de sus alumnos en cada camiseta

Dylan. M

Sonará estúpido, pero de la nada me pareció que ese era el nombre más lindo que existía.

Por mirar al susodicho (que fingiremos que conozco de toda la vida y le diremos directamente por su nombre) casi pierdo mi parada, incluso el chófer ya estaba mirando en mi dirección como diciendo "¿No vas a bajar?"

Rápidamente corrí con esfuerzo a la puerta y pedí que parara, quise darme vuelta y ver si desde el exterior podía ver el rostro de Dylan una vez más antes de que el amor de autobús se perdiera para siempre, pero para mi sorpresa el chico bajó en mi misma parada.

Intente controlarme, y cabizbaja entre en el gran laberinto de casas iguales de la residencia, cuando se me pasó una brillante idea por la cabeza.

¿Vivirá cerca?

Y como si la estupidez reinase en mi cerebro seguí al chico desde una considerable distancia.

Recto, dos a la izquierda y una a la derecha, luego dos casas en frente ¡y listo!"

Espero no cometer un error con lo que planeó hacer.

Block de notas de Blair.
25 de octubre.
"Dylan❤"

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