A Cat God? || StrangeFrost

¿Amigos?

Los sueños eran más agradables, el tiempo pasaba volando, la convivencia en poco tiempo se volvió mejor, y la unión un tanto más estrecha, tan sólo les faltaba ceder para que esa conexión que tenían se volviera poderosa.

Loki se comportaba muy diferente a como la hacía, tanto dentro como fuera de los sueños. Tan sólo era cuestión de tiempo para que su buen comportamiento y el aceptar un poco más sus emociones, dieran sus frutos.

Ser sincero consigo mismo no era fácil, aun cuando tenía presente que al estar con Strange se sentía bien, siendo el momento que fuera, sin embargo, no le era fácil decirlo o demostrarlo. Y, sobre todo, aceptarlo. Entraba cada cierto día en una especie de negación de la que no le importaba ser un gato, con tal de no tener que enfrentarse a lo que su corazón le decía. Pero por otro lado estaban las palabras de su madre, no quería decepcionarla, no una vez más. Sabía que lo mejor que podría hacer, es cumplir con su castigo, para que ella estuviera feliz por él. ¿Por qué eran tan complicado?

—¿Tan mala ha sido mi historia que te he dejado sin palabras? —dijo Stephen.

—No es eso... es sólo que... —miro a la cara al castaño, sus miradas se conectaron, sintió que no quería hacer o decir nada más, tan sólo mirar sus ojos. Al darse cuenta de ello, y que el otro parecía corresponder, desvió la mirada, apretó un poco sus manos en puño, él no era así, tan cursi, si se le podía llamar de esa manera. No estaba listo, y por no estarlo, aun no podía librarse del hechizo— tan sólo pensaba en... ¿Cómo se supone que le deba llamar a lo que tenemos?

—No creí que eso te afligiera. Pero bueno, digo, creo que tenemos cosas en común y podemos hablar de lo que se nos antoje, así que supongo que somos amigos.

—Que rara es escuchar esa palabra.

—¿Por qué? ¿Nunca has tenido un amigo en todo el tiempo que has vivido?

—Pues no. No lo considere necesario. Mi tiempo se pasaba en practicar magia con mi madre, estar en la biblioteca y de vez en cuando hacer algún paseo por los alrededores de Asgard o a otro de los nueve reinos. Bueno, claro, también pasaba algo de tiempo con mi tonto hermano. Pero... bueno, sus amigos no eran los míos, y tampoco fui muy popular. —explico el pelinegro.

Quizá Strange no se sentía del todo identificado con Loki. Llego a tener amigos, aun cuando los hay perdido de contacto, pero los tuvo y posteriormente quizá sólo los llego a tener por su posición económica y hasta fama por ser el mejor neurocirujano. Ahora, por lo menos creía considerar a Wong como una especia de amigo. Pero Loki era distinto, con él podía hablar de lo que fuera, se sentía bien y se divertía, aun se preguntaba cómo es que por tanto tiempo no se hablaron. Bueno, era claro, el interés del mayor parecía ser nulo hasta que por una muy rara razón cambio de parecer. Pero al final, por lo menos en esos momentos en los que no tenía interacción con muchas personas, lo entendía de cierta manera.

Por otra parte, esa palabra, amistad, tenía un significado un tanto complicado para él, bueno en realidad para ambos. Pero Stephen estaba más consiente y no peleaba tanto contra ese sentimiento hacia el de ojos verdes. Claro que tampoco se lo iba a decir así sin más, por lo menos no por ese momento, no hasta descubrir con el origen de su conexión, ya que, de alguna manera se debió haber forjado, viéndose era lo más lógico, y por lo menos él no recordaba haberlo visto alguna vez.

No quería hacerse una ilusión de que algo podría pasar entre ellos, todo podría ser un vil juego de su mente, no sabía cómo podría ser o porqué, pero estaba esa posibilidad. ¿Y si algún día dejara de verlo? Si se dejaba llevar hasta el fondo de aquella atracción, iba a sentir el peor golpe en su vida. Y definitivamente no quería verse tan patético sufriendo por un amor que de cierta manera no existió. Claro, sabia de Loki, pero no sabía dónde este podría estar, y mucho menos como llegar a él.