Quiero escribir, escribirte y escribirme.
Quiero dibujar en mi memoria recuerdos que no duelan al ser rememorados, que me proporcionen algo de paz. Solo soy capaz de anotar unas pocas palabras, que, espero, entenderás.
Tu cuerpo es mi bandera blanca;
con él me rindo,
pero gracias a ello adquiero mi libertad.