Inuyasha no me pertenece.
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Fantasy Fiction Estudios presenta
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Un fanfic de Randuril
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El príncipe de hielo
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Final
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Sesshomaru afiló la mirada. Todos los músculos de su cuerpo se sintieron pesados de pronto, pero al mismo tiempo tuvo deseos de salir corriendo y matar a ese desgraciado, rajarle la garganta con sus propias uñas como si fueran las garras de un animal. Ante tan súbito ataque de ira empuñó las manos para controlarse, saboreando el metálico gusto de la sangre en su boca. Su cuerpo entero era una gran viga de hierro inamovible, dura y maciza, era como un objeto, la vida se había drenado completamente de él, ya no tenía sueños, metas, desafíos, no tenía esperanzas ni por venir. Se sintió como un antiguo monumento abandonado en algún paraje remoto. Ardía en deseos de venganza, ¿pero vengarse de qué? Si Rin quería a otro hombre él nada podía ni debía hacer, y era lógico que ella algún día hiciera su vida, conociera a alguien, se casara, tuviera hijos. Era apenas una jovencita y tenía la vida por delante, no sería su protegida por siempre, no podría retenerla a su lado con el dinero, pagándole los estudios, por una eternidad. Un día Rin florecería del todo y alguien se adueñaría de esa flor, y no sería él.
Sesshomaru fue sacudido por esa verdad sobre sí mismo de la que recién era consciente. En el más profundo abismo de su alma había deseado, con el tiempo, tener un futuro al lado de Rin, que ella lo amara con la misma salvaje pasión con la que él deseaba beber todos sus besos y llenarse de su cuerpo, y atesorar para siempre su sonrisa alegre y pura.
Qué calamidad no haber permanecido ciego a sus propios deseos un poco más de tiempo. Qué repugnante tener un corazón que palpitara sangrante solo por aquella niña.
Y sin embargo, se obligó a permanecer fuerte y duro, porque aquel era el desenlace natural de las cosas, el que hubiera sucedido de cualquier manera cuando él la enviara a estudiar al extranjero, solo que se había adelantado un poco. Se creía preparado para lo que finalmente sobrevendría, aunque no creyó que doliera tanto.
Continuaron mirándose a los ojos, ninguno de los dos dijo nada, pero se sostenían la mirada con firmeza. Las chispas de los ojos café de Rin contra el hielo dorado de Sesshomaru.
—Admiro lo heroico de tu pasión —dijo al final el presidente de Empresas Taisho—, y seguramente mi madre concordará en que ella te preparó así, para hacerte responsable de tus actos. Al menos te debe una charla para que expliques tu accionar, es lo mínimo después de tantos años encargándose de ti.
—Yo... Sesshomaru... —Los labios de Rin temblaron y sus mejillas se colorearon con fuerza—. No vine hasta aquí para que... intercedieras con la señora Irasue...
El rostro del alto hombre no cambió, pero de nuevo sintió que pisaba sobre el aire. Rin lo volvía loco. ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Por qué no se explicaba de una vez?

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El príncipe de hielo
Fiksi PenggemarUn hombre enfrentado a sus demonios. ¿Será capaz de elegir el amor por encima de su orgullo y ser feliz? Romance y drama. SesshomaruxRin