Capítulo 2.

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Después de mi hermoso despertar, gracias a mi querido hermano, nótese el sarcasmo, me doy cuenta de que debo darme prisa o si no llegaré tarde a la Universidad

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Después de mi hermoso despertar, gracias a mi querido hermano, nótese el sarcasmo, me doy cuenta de que debo darme prisa o si no llegaré tarde a la Universidad.

No puede ser que esté tarde en mi primer día de clase, así que salgo corriendo hacia el bus y para mi suerte, todavía sigue ahí.

Entro deprisa. ¡Rayos! No hay asientos vacíos, tendré que irme parada, esto es genial.

Me quedo parada en el lado derecho, justo en frente de un chico, quién a decir verdad es muy, pero muy atractivo. Como de costumbre, me pongo a escuchar música mientras miro por la ventana hasta que llege a mi destino.

Estaba sumergida en mis pensamientos, cuando de repente frena el bus y me balanceo hacia delante, casi cayendo encima de él.

-Disculpa, digo inmendiatamente, no fue mi intención.

-No hay problema, nena. Sé que las chicas como tú se mueren por tener el privilegio de estar en mis brazos.

No lo puedo creer, ¿y este qué se está creyendo? ¿Acaso es la última Coca Cola del desierto?

-Pues, para tu información, no soy una de "esas" que se mueren por alguien como tú.- Dije pausadamente.

Él no dice nada y baja su cabeza con ¿vergüenza? Eso fue extraño...

En ese instante, llegamos a la Universidad y no me había dado cuenta. Veo la hora. 9:00 AM. Dios mío, voy tarde, la clase está a punto de empezar.

Salgo del bus, sin pensarlo dos veces. En la entrada me encuentro con mis mejores amigos.

-Estamos tarde Malú.- No me había dado cuenta, para nada, dije para mí misma de manera sarcástica (a veces, tiendo a ser un poco así)

-Lo siento, chicos. Tuve una mañana "intensa".

-Está bien, no importa. Olvida eso. Vamos directo al aula.

Cuando entramos, nos sentamos los tres cerca: Matt, detrás de mi y Anna a mi lado. Empezaron a hablar de ciertas cosas, pero me mantuve en silencio.

Por estar pensando en el tonto ese, me había olvidado por completo, de estos nervios y emoción que están brotando en mí por las materias que voy a tomar. Por fin siento que mi sueño está comenzando a despertar. Aún no puedo creer que estoy aquí.

Cuando estaba en el bus, sólo pensaba en todo lo que he luchado para llegar hasta aquí y en lo bello que estaba el paisaje. Es increíble cómo se mezclan los colores en el cielo, creándose esa bella perfección. O cómo se va formando cada paisaje y los bellos sentimientos de paz y armonía que producen.

Saben, la vida no es cómo la pintan, siento que hay algo más allá de lo que se puede ver a simple vista, tal vez algo oculto que nadie jamás ha imaginado. Por eso creo que tú eres quién elige qué colores usar en tu vida, decidirás cómo la vas a pintar y qué mensaje darás al mundo. Por esa razón nunca hay que dejar de soñar, buscar la esencia de las cosas y siempre ser uno mismo. En fin, La vida es un lienzo en blanco que me han regalado,  donde yo decido qué plasmar sobre él, qué transmitir y qué colores usar.

-Ya está en su mundo otra vez.-

Matthew chasquea los dedos. -Realidad llamando a Malú. ¿Me escuchas? Vuelve, vuelve, aborta la misión.

-Creo que la perdimos comandante An.

-Matt, cuántas veces te he dicho que dejes de llamarme comandante. Sabes que no es divertido.- Dice Anna frunsiendo el seño.

-Claro que no estoy en mi mundo, si no estuviera bien lejos de aquí. Ya calmensé chicos, la maestra está a punto de entrar.

Se abre la puerta. Es la maestra, a primera vista parece buena, además es linda, alta, pelo castaño y ojos verdes.

La puerta se vuelve a abrir, y no puedo creer que esté viendo esto. ¿Será que realmente estoy soñando otra vez?

-An. Pellizcame para saber si es real- No puede ser. El idiota de antes acaba de entrar y vamos a tener esta clase juntos.

¡Ay no! Debo taparme para que no me vea. Naturalmente, bajo levemente mi cabeza y me escondo tras mi pelo. Cuando vuelvo a ver para confirmar que podía levantar mi cabeza, me doy cuenta de que se sentó delante. Sólo espero que no se le ocurra voltaer.

-Malú, ¡cálmate! Ni siquiera lo conoces.

An tiene razón, además no sé porqué me he puesto así. Hay algo extraño en este chico.

-Buenos días chicos. Mi nombre es Paulina Gómez y seré su profesora de Pintura I, revisen su hoja para comprobar que este es su grupo.

Ahí se enciende mi bombilla, busco rápidamente la hoja con la Esperanza de haberme equivocado de grupo. Pero no fue así. ¡Qué mal! Tendré que estar 4 meses con ese idiota.

Sólo espero que no tengamos que hacer nada juntos y mucho menos que se acuerde de mí, ni que voltee para atrás.

10:00 AM

La clase está a punto de terminar, al fin, eso me indica de que saldré viva de esta situación. La profesora Paulina no ha dicho nada sobre hacer grupos, espero que tampoco lo haga.

-Bien chicos. Como ya les mencioné cuál es mi metodología, vamos a formar grupos de tarea en base a lista, será de 4 integrantes.

¡Ay no! Por qué tenía que ser en grupo y de 4, somos 3, lo que indica la posibilidad de que estemos juntos. Eso no puede pasar por nada del mundo, vamos Malú piensa positivo, eso no pasará.

-Cuando los vaya nombrando, se paran para que ver cuáles son sus compañeros.

La profesora comienza:

1- María Ramos.
2- José Núñez.
3- Marcus Rodríguez.
4- Daniel Soto.

-Serán el primer grupo.

5- Anna González.
6- Matthew Taveras.
7- Malú Torres.

8- Heliot Méndez.

Nadie se pone de pie, al parecer es un punto a mi favor. Bueno, creo que hablé muy pronto, ya que presisamente él se empieza a levantar.

No relajes así, no puede ser, me toca con el idiota. ¿Ahora qué haré?

Cuando se forman todos los grupos, la maestra nos da el tema y nos despacha.

Estoy a punto de salir cuando escucho a alguien llamándome.

- Malú, espera. Tengo que decirte algo.

¡No! Es el tonto del bus, debo caminar más rápido. Aunque es ilógico escapar porque tendré que verlo para hacer la tarea, aún así no me importa. Al menos por hoy debo estar lejos de él...

-¡Sólo quería disculparme contigo!- sus palabras me detuvieron, no sé quién es, puede ser o no verdad lo que diga. No obstante, me giro a verlo, no está muy lejos. Se ve un poco incómodo, pero no tendría que estarlo.

-No fue mi intención hablar de esa manera hoy en el bus, o hacer que te sintieras incómoda. Eso era todo lo que te quería decir, adiós.

Y se fue... Sí, se fue.

La artistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora