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066.

Pov' Emma

– ¿Emma puedes sacar a pasear a James un rato? Tengo una reunión importante y no tengo con quien dejarlo. – Dice Carl saliendo de la cocina.

– Si claro, anda tranquilo. – Le Sonrió.

– Gracias hermanita. Nos vemos. – Me da un beso en la frente, luego le da uno a james y se despide de Sungbae con la mano.

– ¿Emma puedo ir con ustedes? Quiero conocer un poco la ciudad. – Pregunta mi amigo.

– Pss claro – Digo sonriendo levantándome del sofá. – ¿James tienes hambre? – Le pregunto tomándolo en brazos.

– Si. – Dice escondiendo su cabecita en mi cuello a lo que río.

– ¿Entonces salimos a comer? – Pregunto.

– Sisisisisi – Grita emocionado.

– Entonces vamos a cambiarnos de ropa – Digo a lo que lo dejo en el suelo y el sale corriendo para cambiarse de ropa.

– Preparare el auto. – Dice mi amigo y yo asiento con la cabeza.

Luego de cambiar a mi sobrino peshosho salimos a comer, como sungbae quería comer comida americana fuimos a un restaurante a comer hamburguesas, pero no cualquier hamburguesas, si no que las mejores de la L.A

– Woow, ¿A esto se le llama hamburguesa? ¡Es la mejor hamburguesa de la vida Emma! – Dice mi amigo todo emocionado comiendo.

– Con papá y mamá siempre comemos aquí. – Habla James.

– ¿De verdad? – Pregunta Sungbae.

– Sipi. – Se ríe james.

– Te envidio niño. – Dice y sigue comiendo.

Durante toda la comida estuvimos riendo con las estupideses de Sungbae, ese niño algún día me matara de risa. A la hora de pagar hubo un problema ya que se había caído el sistema y no funcionaba la maquinita para pagar con tarjeta, a lo que tuvimos que esperar un rato.

– Quiero ir a los juegos. – Empieza a quejarse James.

– No podemos irnos de la tienda hasta que llegue la conexión. – Le dice Sungbae.

– Quiero ir a los juegos. – Se queja de nuevo.

– Si quieren vayan ustedes y luego los sigo. – Digo y ellos asienten.

– Cualquier cosa me llamas. – Dice mi amigo y se despide con la mano antes de salir de la tienda junto a mi sobrino.

– ¿Aun no llega la conexión? – Pregunto a la cajera.

– No. Pedimos disculpa por esto, nunca sucede. – Dice ella.

– No te preocupes siempre puede pasar. – Le digo amable.

De la nada ella mira por mi espalda como si hubiera visto a un fantasma.

– ¿Estas bien? – Pregunto.

– M-ma... – Tartamudea.

– ¿Qué? – Pregunto un poco confundida a lo que decido girarme.

– ¿Emma?.

Comenzó mi infierno.