Contigo hasta el final

Secreto entre hermanas

Mamá: Clara, ¿no vas a quedar con tu amiga Raquel?

Clara: No puede salir. Yo ahora me iré a dar una vuelta sola. A ver si Marina me quiere acompañar.

Mamá: Ella no querrá ya a salido y fue a la frutería. ¡Marina!

Yo: ¿Que quieres mama?

Mama: Sal a dar una vuelta con tu hermana.

Yo: Bueno como no tengo nada que hacer pues ... ¡Vamos Clara!

Salimos a casa y fuimos para el parque. Allí estaba Daniel Oviedo con su novia. Mi hermana grito muy fuerte.

Clara: ¡Ahhhhhhhhhhhhhh! ¡Daniel o Jesús Oviedo Morilla! No me lo puedo creer.

Mi hermana salio como loca a abrazarle.

Daniel: ¡Hola! ¿Como te llamas? ¿Que acabas de mudarte aqui?

Clara: Me llamo Clara y me acabo de mudar aqui. Mi casa es la que esta al fondo de la calle. El numero 16.

Mi hermana estaba mas sonrojada que nunca. Pensaba que ella no era tímida.

Yo: Clara vámonos que esta con su novia y no los vamos a molestar mas.

Daniel: No pasa nada, ya estoy acostumbrado. ¿Como te llamas tu?

Yo: Yo soy Marina. Y soy su hermana.

Daniel: ¿Marina?

Yo: Si

Daniel: Mi hermano me a hablado de una tal Marina.

¡La cagó! Mi hermana me mira con cara rara no entiende nada.

Yo: ¡Pero que esta dices! Yo solo te conozco a ti. A tu hermano nunca lo e visto personalmente.

Daniel: Pues me habré equivocado de persona. Lo siento.

Clara: Vamos ya para casa. Que ya es la hora de comer. ¡Adiós Daniel! Adiós novia de Daniel....

Al despedirnos Daniel me abrazo y me dio dos beso al igual que mi hermana.

Yo: Hermanita, ni se te ocurra decirle a mamá que hemos conocido a Daniel por favor. Porque dice que yo no puedo ser amiga de ellos.

Clara: Vale, no se lo diré. Sera nuestro secreto.

¡Mi hermana y mis padres habían cambiado! No me lo podía creer. Que pasaría en Madrid para que mis padres no me aceptasen y me odiasen de esa manera.

Eso ahora me da un poco de igual porque ya han cambiado y no me lo puedo creer. Un día de estos tendrícontradecirme!con todos y decirles porque me odiaban tanto... No me lo puedo creer.

Camino a casa mi cabeza no paraba de contradecirme: Dile a tus padres lo que tienes con Jesús - No se lo digas, vas a hacer mal - Dile a tus padres lo que tienes con Jesús - No se lo digas, vas a hacer mal.

¡Aaaaahhh que cacao mental!

Llegue a casa, comi y me subí a mi habitacion. Me tumbe en la cama y no paraba de pensar en el. Ya estaba enamorada completamente. De tanto pensar me quede dormida.

Ya eran las seis de la tarde...

Jesus: ¡Marina!

¿Quien me llamara? Sera mi cabeza que esta loca jajajaja.

Jesús: ¡Marina! Asomate al balcón!

La voz de esa persona me sonaba. Me asome al balcón y el estaba allí sonriendome.

Jesus: ¿Vienes?

Yo: ¿A donde?

Jesús: Ven conmigo, confía en mi.