¿Trato o susto?

1. La idea

Faltaba poco para el 31 de octubre y a pesar de que en mi país se celebra el día de muertos, mis amigos y yo preferimos festejar Halloween haciendo nuestro clásico "trato a susto". Nuestra dinámica consiste en ponernos de acuerdo un día antes de la noche de brujas donde cada uno elige si quiere hacer un trato, que normalmente termina siendo un reto o si se aventura a vivir un susto. Siempre fue muy divertido porque la mayor parte del tiempo elegíamos el susto pues no sabíamos en qué momento del día nos sorprenderíamos entre nosotros; aunque, desde que el par de idiotas tuvieron novios, y según ellos: "han madurado", ya no solemos juntarnos para disfrutar comportarnos como preadolescentes como antes.

— ¿Estás enojado? —Escucho hablar a Hilal muy cerca de mi oído.

Y solo en ese momento, al sacarme de mis deprimentes pensamientos, me doy cuenta de que me tiene encerrado en sus delgados brazos y me sonríe con ese gesto de extraña devoción. Badir, Hilal y yo estamos sentados en una de las áreas verdes de la universidad, hasta hace poco platicábamos acerca de las festividades del día de muertos, o al menos hasta que recordé con nostalgia nuestros anteriores festejos de Halloween.

—No —respondo sin querer dar más detalles. Seguro era obvio que algo me molestaba, pero no quería darle el gusto de responder.

—Alex... —musita con simpatía al borde de una carcajada el muy hijo de puta— tu cara de culo no la puedes ocultar.

—Déjalo, solo está celoso —declara Badir con una corta risa.

Y esa reacción solo me hace desear jugarles una broma pesada por abandonarme estos últimos meses.

—No estoy celoso —respondo con fingida indignación ahora que se me ha ocurrido la mejor de las ideas—, tengo algunos problemas con Nicole, aunque soy feliz a su lado —ambos resoplan y yo aprovecho para salir de los brazos que me aprisionan y continúo—: estoy pensando en hacerle una broma en Halloween, ya que ustedes me abandonarán de nuevo, ese día.

— ¿De verdad le harás eso a tu novia? —Badir se endereza arqueando una ceja luciendo incrédulo— Eres un mal novio.

—Al menos no soy un mal amigo —respondo retándolo con la mirada— ¿por qué no hacen ustedes lo mismo? Deberían jugarles una broma a sus novios. Ya saben, por los viejos tiempos.

Los chicos voltean a verse con la duda reflejada en sus miradas.

—No lo sé —dice Badir frotándose la nuca—. No creo que Darío tolere una broma.

—Princesa —me burlo dándole un golpe suave en el hombro—. Acepta el trato o enfrentarás el susto.

Ambos sonríen y asienten. Por dentro, estoy partiéndome de la risa porque tengo un gran plan respecto al trato. Con Renato no hay problema, le advertiré de la broma para que Hilal sea la verdadera víctima, pero con Badir debo encontrar la forma de advertirle al señor LeBlanc sin ganarme un castigo o una mirada fulminante de ese hombre tan horrible.

—Me parece una idea perfecta —menciona Hilal con una gran sonrisa— tenemos el tiempo perfecto para planear el susto a nuestros novios.

Y yo también tengo tiempo para llevar a cabo mi plan y darles una lección a esos dos malos amigos.