Capítulo 6: Detective fallida

431 26 4
                                    

Cuando llegamos a casa, Álvaro y yo nos pusimos a hacer la comida ya que nos tocaba a nosotros. Eran las cuatro de la tarde y la verdad es que no eran horas de comer, pero al habernos levantado tarde, no teníamos hambre tan pronto.

— ¿Qué lleváis Marc y tu entre manos? — me preguntó mi hermano.

— Nada, ¿por?

— Curiosidad. Se os ve muy juntos.

— Igual que tú con María.

— Es diferente.

— Ya claro, por qué tú lo digas.

— Yo no voy tonteando con ella — Álvaro arqueó una ceja.

— ¡Yo no tonteo con él! Y si tú no lo haces, es porque estás esperando a algo.

— Mía, te conozco. Sé cuando flirteas con alguien. Y también soy chico y sé cuando un chico trata de tontear.

— Lo que tú digas.

Repartimos los spaguetti a la carbonara que habíamos hecho en cuatro platos, pusimos la mesa y llamamos a la parejita para que bajara a comer. Nos sentamos y empezamos a engullir como si no hubiera un mañana. Ahora sí que estábamos hambrientos.

— ¿Cuándo os toca volver a trabajar? — preguntó Dani.

— Dentro de un par de días. Por cierto, no os vendría mal pasaros. Casi no habéis probado la fiesta desde que llegamos.

— Nos lo pensamos.

— Aburridos — Cris y yo reímos.

Durante la comida seguimos hablando de tonterías y cuando acabamos nos pusimos a ver Quantico. ¡No hay nada mejor que una buena serie para pasar la tarde! La verdad es que era un día de relax.

Era ya por la noche y ya habíamos cenado. Salí a tirar la basura en una camisa playera que le había robado a mi hermano y unas deportivas. Lo primero que cogí. Caminé hasta el contenedor, la tiré y cuando fui a dirigirme otra vez a nuestro apartamento, vi que en la entrada del duplex de Marc y María, había un chico y una chica hablando.

La curiosidad me pudo, así que me acerqué con cuidado de que no me vieran y me quedé detrás del muro. Sí, espiando. Me asomé y pude ver que eran Marc y una chica morena más o menos de su edad. La lámpara del pasillo era lo único que iluminaba la escena. No pude llegar a oír de lo que hablaban pero lo que sí vi fue aquel beso que él implantó en sus labios con dulzura.

No quise seguir presenciando aquello, así que di media vuelta y me fui hasta mi apartamento. No es que me molestara pero tenía novia y quiso follarme en su fiesta. Aún así no pensé que tuviera a nadie. Pero tiene sentido, ¿no? Quiero decir, es lógico. Es atractivo, así que, ¿por qué no? Además, ¿qué esperaba? Ya sabía como era, el típico mujeriego, lo comprobé el primer día.

Justo cuando abro la puerta para entrar, una mano se apoya en ella y la cierra sin dejarme pasar. Siento el cuerpo de Marc detrás mío. Sabía que era él por su tan característico perfume. Yo estaba completamente inmóvil y no quería dar ni un paso por miedo a lo que podría pasar. Él se acercó a mi oreja y me susurró.

— ¿Espiándome? — tomó mi mano izquierda, me giró y se acercó más a mi.

Invadió mi espacio personal y eso me hizo retroceder un paso, haciéndome chocar contra la puerta.

Dos chicos, una elección [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora