Capítulo 1: Vacaciones en la playa

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Acababa de terminar Bachillerato y este año quería que fuera el mejor de todos. A muchas de mis amigas no las veré el año que viene ya que se mudan a otras ciudades a estudiar la carrera y me da mucha lástima. Pero todas nosotras el primer mes y medio estamos de vacaciones en distintos sitios, así que no podré quedar con ellas hasta que volvamos a Barcelona.

Este mes y medio, habíamos decidido, mi hermano Álvaro, mi mejor amiga Cristina, y su novio y mejor amigo de Álvaro, Dani; alquilar un apartamento en Benalmádena, Málaga.

Mi hermano y yo estábamos preparando las maletas (varias de ellas porque tenía que caber toda la ropa de casi dos meses) como locos, ya que lo habíamos dejado para el último momento. ¡Qué raro en nosotros! Estás siendo sarcástica. Lo sé.

¿Y porqué Benalmádena y no otro sitio? Pues porque des de pequeña solíamos ir a veranear con nuestros padres a un apartamento. Y la verdad es que nos encantaba. Esta vez hemos cogido una zona bastante estratégica, ya que tiene cerca la playa, el centro y la zona de fiesta.

Yo estaba bastante nerviosa porque tenía muchísimas ganas de ir. Eran mis primeras vacaciones sin padres o profesores y me hacía mucha ilusión. Además, todos somos mayores de edad y podemos hacer lo que nos dé la gana y cuando queramos, así que iba a ser un desmadre.

Decidí llamar a mi mejor amiga porque sentía que no estaba haciendo bien la maleta y me dejaba la mitad de cosas. Así que, marqué su número y lo cogió al segundo toque.

— ¿Cristina? — dije.

— Hola — me dijo con toda la tranquilidad del mundo — ¿Qué tal?

— ¡Nerviosa como una mala cosa! ¿Y tú?

— No tanto como tú, pero también — rió.

— Haber dime que has puesto en las maletas porque... — no me dejó terminar.

— Eres ya mayorcita para saber hacer maletas, ¿no? — volvió a reír.

— ¡Déjame! Venga va dime que tienes —me río yo también.

— Pues la ropa que me voy a poner, mil bikinis, pijamas, ropa interior, muy importante — se ríe — zapatos, un neceser con lo básico para la higiene, maquillaje, los cargadores para el móvil y todo lo electrónico que te lleves,... No sé lo de siempre.

— Vale, me olvidaba el pijama — me reí a más no poder —. ¿Me llevo mi cámara no?

— ¡Por supuesto! ¿Sino para que la tienes? — nos reímos las dos.

— Vale pues cierro ya la maleta antes de que saque algo y luego no me acuerde de volverlo a meter.

— ¿Tienes idea de lo bien que nos lo vamos a pasar? — me dijo toda emocionada.

— ¡Lo sé! — nos pusimos a gritar las dos como locas —. Por cierto, mañana en el aeropuerto a las 8 a.m porque nuestro avión sale a las 10, así que dile a Dani que sea puntual, porque no queremos retrasos.

— Vale, ahora le llamo y se lo digo. Bueno amor, te dejo que tengo que acabar de preparar algunas cosas y no se van a hacer solas.

— ¡Perfecto! Nos vemos mañana cielo. ¡Adiós!

— ¡Adiós!

Dejé preparados los billetes del vuelo y fui a ver a mi hermano a su habitación. Piqué en su puerta antes de entrar.

— Pasa Mia.

Álvaro estaba preparando la maleta todavía. Más lento que una mujer. ¡Será que tiene más cosas que yo!

— ¿Qué tal lo llevas? — le pregunto.

— Acabando, por fin. ¿Tú ya estás?

— Si, acabo de cerrar la maleta. Por cierto, tengo yo los billetes. ¿Quieres que te de el tuyo ya o ya los reparto todos mañana?

— Mañana mejor, no vaya a ser que lo pierda.

— Y tú eres el mayor de los dos...

Álvaro me tiró un cojín de su cama.

— ¡Eh! — me quejo.

— Eso te pasa por hablar más de la cuenta — nos reímos.

— ¡Álvaro, Mía! Bajar a cenar — gritó mi madre desde la cocina.

— Vamos — contestamos los dos.

Cenamos en familia como siempre. Mi madre había preparado frankfurt, que estaba delicioso por cierto, y de postre una macedonia de frutas. Cuando terminamos, nos dieron la típica charla de: tened cuidado, no bebáis mucho, no hagáis tonterías, ser responsables, mantened la casa limpia, os echaremos de menos, llamad de vez en cuando, etc.

Cuando nos despedimos, nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Me puse el pijama, me recosté en la cama, miré mis redes sociales por última vez y dejé mi móvil cargando para que mañana estuviera al 100% de batería.

Eran las doce de la noche y fui a la habitación de mi hermano para decirle buenas noches. Dejé preparada la ropa de mañana y me metí en la cama para dormir, ya que tenía sueño y mañana me tenía que despertar pronto.

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Bueno, chicos y chicas, este es el primer capítulo de la novela. Espero que os guste y os enganche cada vez más. Comentar y decirme si os gusta o no. De momento acabo de empezar y no tengo muchas personas que lean esto, así que si podéis decírselo a vuestros amigos, os lo agradecería.

El siguiente no será un capítulo , ya que intentaré describir a Cristina, a Álvaro y a Dani.

Besitos, xoxo.

Dos chicos, una elección [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora