Cubrí mi rostro con mi playera para no llenarme de tierra mi única forma de ver a donde dirigirme, mis ojos. Pasé toda la noche escuchando ruidos, pasos y una que otra voz inaudible. No dormí aquella noche, pero no me permitiría cansarme, así que resistí. Al pasar el tiempo escuche lo que parecía ser algo... quemándose.
Hice un agujero en la tierra y noté que la luz del sol había vuelto. Me sentí aliviado al recuperar visibilidad y al ya no ver rastros de criaturas. Supuse que al ya no verlas eso significaba que mi mente había entrado en paz. Pero a lo lejos pude ver algo caminando entre las sombras de los árboles, no quise ver más y salí del bosque a un nuevo lugar con una vista amplia del paisaje. Era hermoso, pero no podía quedarme parado de nuevo, así que caminé hacia el prado en busca de respuestas y señales de civilización. Sí, no sabía a donde me dirigía, pero quedarme estático no era una solución a mi problema. Había comenzado mi viaje, sin saber lo que me esperaría allá afuera.
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Tributo a mis viejas memorias
AdventureSin recuerdos ni señales. Varado en un mundo misterioso y lleno de curiosidad. En busca de aclarar las dudas que surgen tras cada amanecer. La imaginación puede ser un monstruo poderoso cuando el silencio te aturde y la soledad te agobia. Sobrevivir...