Y descubrí que era el hermano de Alan, mi tía había fallecido, el abuelo de la niña que le dio el don fue mi bisabuelo junto con mi bisabuela a la que se le apareció la llorona.
Me dieron la oportunidad de ser humano, pero yo seguía condenado.
Mi vida estaba repleta de muerte. Ahora comprendía lo que era vivir una vida cuando la muerte esta contigo siempre.