Es más oscuro antes del Amanecer

Ella se fue

Eran las seis de la mañana cuando Sakura entró en la oficina del Hokage. Minato levantó la vista de sus papeles y sonrió a su visitante.

"Buenos días, Sakura-chan. ¿Qué puedo hacer por ti hoy?" preguntó.

"Solicito un permiso de ausencia de mis deberes como shinobi de Konoha". Ella dijo. Minato se tomó un minuto para procesar sus palabras antes de sentarse derecho y la miró con incredulidad.

"¿Un permiso de ausencia? ¿No le preocuparía eso a sus compañeros de equipo-"

Se detuvo y maldijo internamente. ¿Cómo pudo olvidar? Naruto se fue con Jiraiya y Sasuke se fue con Orochimaru para entrenar hace dos días. Miró a la niña de trece años que tenía delante. Ella no tenía a nadie para entrenarla. Para retenerla. Ibiki le había enseñado todo lo que sabía, a Kakashi se le asignó una misión de dos años, y ella no tenía parientes para persuadirla de lo contrario.

"-Quiero decir, tus amigos. ¿No se preocuparían por ti?"

Sakura negó con la cabeza.

"No. Y si lo hicieran, no me importaría". Ella respondió suavemente: "No estoy tratando de decir que no me importa, pero tengo que ser más fuerte, necesito hacerlo. Y por mucho que lo haya intentado, no puedo hacerme más fuerte con solo quedarme aquí. ¿Tengo tu permiso, Hokage-sama?"

El Yondaime la miró y vio la seriedad y la determinación manchadas en su joven rostro. También había algo más... algo que no podía ubicar. Finalmente, Minato suspiró y colocó su barbilla en sus dedos entrelazados.

"Está bien. Pero solo te doy cinco años. Si no regresas dentro de cinco años a partir de ahora en esta fecha, serás marcado como un shinobi perdido y serás cazado. ¿Aceptas estos términos?"

"Hai, Hokage-sama"

Minato dudó cuando sacó su archivo y lo estampó como "inactivo". Sakura se inclinó, desató su hitai-ate, y lo puso sobre su escritorio.

"Gracias, Hokage-sama".

Se dio la vuelta y salió de la oficina. El rubio la miró fijamente y se preguntó. ¿Realmente lo hizo para fortalecerse, o lo hizo para liberarse de sus lazos mientras mataba al hombre que mató a sus padres?

~

"Así que dijo que sí. Estoy sorprendido". Ibiki dijo mientras miraba a su estudiante empacar sus bolsas. "Entonces, de nuevo, si él dijera que no, todavía te habrías ido".

Sakura le sonrió.

"También estoy sorprendida, pero me alegro. Siento que aprenderé más allá de lo que haré aquí. Sin ofender, sensei".

Ibiki rió y se apoyó contra el marco de la puerta. Durante siete años, la había visto crecer. Sería... extraño no estar con ella en el campo de entrenamiento casi todos los días, pero él quería que ella creciera aún más. Él realmente no apoyó su decisión, pero supuso que esta era una de las cosas que tenía que hacer. Metió la mano en su bolsa trasera y sacó un katar negro.

"Sakura".

Ella se dio la vuelta.

"¿Hai?"

Ibiki le entregó el arma con una suave sonrisa.

"Llévatelo contigo; fue mi primera arma. Estoy seguro de que la encontrarás útil".

Sakura tomó lentamente el arma y la miró. De repente, ella envolvió sus brazos alrededor de la sección media del hombre y lo apretó con fuerza.

"Te voy a extrañar, sensei". Ella murmuró en su camisa. Ibiki le devolvió el abrazo y suspiró.

"Yo también te voy a extrañar, mocosa".

~

"¡Vamos, Itachi!" Shisui exclamó, dando palmaditas a su primo bebé en la espalda, "¡Todos vamos a Ichiraku para celebrar el éxito de la misión! ¿Estás en?"

Itachi negó con la cabeza y colocó su máscara de gato en su cadera. Shisui suspiró.

"Bien, haz lo que quieras. Pero la próxima vez, ¡no hay forma de salir!"

Shisui se fue con el resto del equipo e Itachi soltó un pequeño suspiro. Desactivó su Sharingan y dio paso al complejo, pero se detuvo cuando detectó una pequeña astilla de chakra familiar que se dirigía hacia las puertas. Fue extraño. Ella nunca había estado en una misión en solitario por lo que él sabía. ¿Estaba recibiendo uno ahora? Itachi giró sobre sus talones y rápidamente se dirigió hacia donde estaba ella. Inmediatamente vio la cabeza de pelo rosa.

Estaba de pie junto a las puertas con la mochila puesta y una katana tendida en diagonal sobre la espalda. El largo cabello de su cintura estaba atado en su habitual coleta y se balanceaba silenciosamente con la brisa fresca de la tarde. Era extraño verla tan tarde en la noche. Por lo general, ella estaría en el campo de entrenamiento o en la cama.

"¿A dónde vas?" el cuestiono Sakura se detuvo sin mirar atrás.

"No lo sé." ella dijo, "no he planeado tan lejos por delante".

"¿Planeado? ¿No vas a salir para una misión?"

"... No, no lo hago."

Se dio la vuelta completamente y lo miró con ojos verdes vidriosos. Sus labios se levantaron en una sonrisa triste mientras hacía todo lo posible por encubrir cualquier emoción debajo. El pánico inundó las venas de Itachi. Nunca había visto esa mirada en la cara que siempre le mostraba felicidad, ni a él ni al resto del mundo.

"Lo siento."

¿Lo siento? No. ¿Qué estaba haciendo ella? ¿En qué estaba pensando ella? Ella no se iba, ¿verdad? Ella no pudo. Él no la dejaría. Antes de que pudiera reaccionar, se puso rígido cuando el aliento cálido le hizo cosquillas en la parte posterior de la oreja. ¿Cuándo hizo ella-? ¿Cómo-?

"Gracias, Itachi".

Cayó inconsciente con el pensamiento de su persona más preciosa.

~

Itachi abrió los ojos para ver un cielo oscuro. Estaba completamente negro afuera. Sin luna, sin estrellas, sin embargo, una farola parpadeaba cada cierto tiempo en la distancia.

¿Qué estaba haciendo aquí de nuevo?

Se incorporó del banco en el que estaba acostado y miró a su alrededor. La realización golpeó cuando los recuerdos de su encuentro anterior lo recorrieron. Itachi agarró la tela de sus pantalones hasta que estuvieron a punto de romperse.

'Sakura...'