Creando una Oportunidad

Capítulo III

_*Que prosigue la historia de nuestro desdichado enamorado*_

Y bien... ¿Qué hace un chico normalmente cuando la chica que le gusta lo manda a ver si ya puso la cerda? ¡Fácil!

Él lloraba en posición fetal, tirado sobre su cama, y moqueando exageradamente, aunque al voltear simplemente dejó eso.

—Hermana... ¿Desde cuándo estás ahí? –preguntó él, con el rostro casi rojo por completo–.

—Ehm... Desde que empezaste a llorar, te iba a proponer que me llevarás a ver la pelea de esta noche... Pero mejor buscaré a un hombre de verdad... –dijo mientras se retiraba lentamente, y luego cerró la puerta–.

—.............

Y bien, dale con la burra al trigo, siguió llorando...

Una vez se cansó de llorar porque no salían más lágrimas ni mocos, fue al baño para lavarse, y tras eso salió fuera de la casa.

—Ya es de noche..... Pasé todo el día....

—Ya me contó tu hermanita, llorón.

La hermana menor en cuestión, iba agarrada de la mano de la amiga de nuestro protagonista, y en cuanto se dio cuenta le sonrió.

—¡¡Hermanito, la pelea estuvo increíble!! Te la perdiste, el ganador tan sólo dio un derechazo y ¡¡¡PUM!!! ¡A la lona de golpe! Cuando sea grande también voy a aprender a boxear.

—¿Eso no es peligroso? El boxeo es muy peligroso hermanita....

—Hermanito... La mujer por la que tanto llorabas es más hombre que tú, y ella es mujer –y sin decir más palabras, simplemente se fue a casa–.

Él bajó la mirada, aunque no por mucho, su amiga lo llevo hasta detrás de su casa y lo presionó con su acosadora vista.

—Quitarte la ropa...

—¿N–No es muy pronto?

—........

Ella lo golpeó por insinuar tales cosas.

—No lo haría con un llorón... La razón por la que quiero que te quites la ropa es porque ayer me viste, y mientras no pases tal vergüenza, no te perdonaré... Aunque también está la opción de que.... Gentilmente... –dijo mientras se recargaba en el pecho de su amigo–... Te dejes castrar 💕.

Al ver una tijeras de jardín colgando del dedo índice de su amiga casi se le sale el corazón por la boca... Y conociéndola...

—P-Prefiero desnudarme.....

Él se alejó un poco y se quitó toda la ropa...

—¿Y?...

—Pues nada mal para un llorón... De hecho, podría decir que tal tamaño no va con un llorón como tú, seguramente toda la hombría se bajó a tus partes íntimas.

En fin, si no tienes nada que hacer mañana, me gustaría que fueras al lugar de siempre, allá estaremos a solas y podremos hablar mejor.

—¿Por qué no ya?....

—....... Tú en serio no puedes leer las situaciones, ¿cierto?

—Lo siento...

Ella suspiró y simplemente se fue, él salió caminando un poco preocupado, aunque...

—¡¡¡AAHH!!! ¡¡ESTÁ DESNUDO!!! –Gritó la monja que por cierto iba a su iglesia...–.

«¡¡¡Se me olvidó que estoy desnudo!!!» pensó mientras regresaba a toda velocidad a ponerse la ropa...