Capitulo IV

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_*Que nos pone al día de la situación de nuestro protagonista, y nos abre una nueva relación amorosa.*_

Hoy día, nos encontramos con un joven, usando una gorra y entregando comida rápida, y tras llegar a su casa...

—Buenas, hermano.

—Miren quién ha decidido cocinar.

—Te debo mucho, si no empiezo a pagarte luego me lo estarás cobrando.

—¿Qué tipo de persona creés que soy?

—Una persona deprimida capaz de atacar a esta pobre ángel que ha venido a la tierra.

—¿Atacar?

—Ya sabés a qué me refiero...

—Con ese tipo de pensar no te llamaría «ángel».

Ella le arrojó una zanahoria.

—Cierra la boca, intento cocinar.

—De acuerdo.

Se puso a ver la televisión...

—Oh.... Otra víctima del asesino en serie, una chica de veinte años, esta vez fue con un arma de fuego, la chica murió al instante.

—¿No puedes ver algo más feliz?

—Uh.... Tienes razón.

Navega por los canales televisivos en busca de algo que ver, más como no encontró nada mejor apagó la televisión y encendió una pequeña bocina con conexión inalámbrica para conectar su smartphone, acto seguido, pone un poco de música jazz.

—Pareces viejo –dijo riendo un poco–.

—Mejor cuidado con tus dedos, el cuchillo que usas está afiliado.

—Bah, tranquilo.

Al confiarse lógicamente iba a pasar lo que su hermano mayor dijo; de uno de sus dedos empezó a sangrar pues se cortó con el cuchillo.

—Ay... Uh, tenías razón.

—¿Ves?

Vio entonces cómo su hermano mayor se le acercó, para tomar su dedo... Aunque empezó a chupar en donde había sido la herida, por lo que le quebró un pepino en la cabeza.

—¡¿E-Eres idiota?! ¡Eso es lo peor que puedes hacer!

—Lo siento.

Así que, por sí misma ha ido en busca del kit de primeros auxilios arriba del refrigerador para tratar su herida.

—¿Cómo nos has sacado adelante tú sólo durante tanto tiempo?

—Creo que fue suerte...

—... ¿Sí sabés que era momento de decir algo maduro y varonil?

—Bueno....

—Nada, deberías tener más actitud.

Él simplemente suspiró y se fue a su habitación para tirarse en la cama.

—Me pregunto cuándo nos veremos de nuevo...

Su hermana entró en la habitación y con una bandeja donde llevaba los platos con la comida.

—Eso fue rápido, hermana.

—Claro, debo hacer el mejor esfuerzo como ama de casa... Es lo que mamá quería.

—¿Aún me odias por hacer que te mudaras conmigo?

—Nunca lo hice –dijo mientras dejaba la comida en una mesa y se sentaba al lado de su hermano–... Sólo estaba molesta con todo lo que últimamente estaba pasando...

Creando una OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora