Capitulo 3 "Un buen padre"

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La primera vez que Kaede Uchiha mató a alguien, tenía solo once años.

Era un niña, solo eso. Y ese fue el único pensamiento que pudo aflorar en la mente de Hinata Hyuuga cuando le vio llegar, con una mirada hueca y perdida, el rostro pretendiendo ser indiferente, tan frío como lo era el de su padre.Sin embargo, fallaba estrepitosamente.Hinata pudo percibir el leve temblor en las manos y en el labio inferior, pudo ver el rastro de culpabilidad en las palabras de su hija cuando pronunció las palabras de siempre, tan cotidianas que contrastaban con la seriedad de la situación:

-Estoy en casa, mamá.—dijo Kaede apretó los puños hasta hacerse daño, no quería mirar su ropa, estaba seguro de que estaba lleno de sangre.

Y lo estaba, aunque no en tanta medida como él mismo pensaba. Era increíble, pero aún podía escuchar los chillidos de dolor cuando su kunai se hundió en el cuerpo del enemigo unos bandidos que habian eliminado uma aldea entera de civiles.Cuando los encontraron le recibió la tétrica imagen de casi toda le gente de la aldea quemada o torturada en el piso extremidades fuera de los cuerpos.

El bandido se había lanzado sobre élla con un deje de locura en la mirada, chillando como una histérico mientras trataba de clavar sus uñas manchadas de sangre en la piel de Kaede, que en medio de su desesperación le había clavado un Kunai en el pecho a ella. Lo siguiente que pudo ver, fue que la sangre manaba de la boca de la asesina, cayendo sobre la cara de élla.

Hinata se acercó a su hija y se arrodilló para abrazarle, élla pensó que su madre no lo haría si le hubiera visto antes de bañarse en un lago, manchado de sangre de una mujer, sin embargo ella sí lo hubiera hecho. Era su hija, al fin y al cabo.

Cuando ella se separó, le apartó un rebelde mechón de cabello de la frente, y Kaede exhaló un suspiro. Era su madre. Su madre, la de ojos brillantes y sonrisa cálida, su madre, siempre dulce y comprensiva. Claro que le aceptaría, aunque élla fuera una vil asesina.

Sasuke apareció en ese momento, y alzó una ceja con extrañeza al ver la escena. Sin embargo, su rostro volvió a ser inescrutable cuando comprendió la situación. Kaede siempre había sido inocente, no estaba hecho para esa vida, sin embargo, él mismo sabía que Sakura o Naruto tampoco deberían poder ser Shinobis, tenían demasiados remordimientos. Pero continuaban allí, y el Uchiha estaba seguro de que su hija también lo haría.

Se acercó con tranquilidad, notó puesta en él la mirada brillante de su esposa, que inmediatamente se levantó y le sonrió encantadoramente, de esa forma tan suave y perfecta de siempre.

-Os dejare solos.—Ofreció Hinata, para después desaparecer por el pasillo.

-Papá…-Trató de decir Kaede.

Sasuke se arrodilló junto a su hija y, sorprendentemente, le colocó una mano sobre el cabello oscuro, mirándole con sus ojos tizón. Y Kaede pareció tomar eso como una invitación para desahogarse, porque se lanzó contra su progenitor, hundiendo los dedos en sus costillas y comenzando a sollozar sin ruido alguno contra la ropa de Sasuke, que tras unos segundos de duda pasó sus brazos por la pequeña espalda de su hija.

Por que había algo que odiaba y dolía a Sasuke Uchiha y eso era ver a alguien de su familia llorar. Y Escuchar es llanto de su pequeña asia una gran opresión al pecho del Uchiha

-Quizá…-Dijo Kaede.—Quizá sea aún muy joven para aser el examen chuunin.

-Hmp.—Gruñó Sasuke, no demasiado a gusto con la idea de que su hija pensara eso.

Kaede se rió de nada entre sollozos, quedando un extraño sonido estrangulado saliendo de su garganta.

Hinata, sonrió antes la escena antes sus ojos. Sasuke podía ser frío, pero estaba claro que, al final, era el mejor padre que ella podía pedir para sus hijos.

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