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Sentía mi corazón retumbar con cada beso que depositaba en la curvatura de las nalgas de Chanyeol. A pesar del valor que me había dado mis últimos pensamientos no pude evitar sentirme tímido cuando mi nariz rozó la curvatura de su nalga. 

Era gracioso sentirme tímido al respecto cuando aún podía sentir en mi propia nalga el mordisco que Chanyeol me había dado en la mañana. Solo esperaba que a él le gustara tanto como me había gustado a mí. Nunca sería capaz de pedirlo directamente pero desde la primera vez que lo hizo no perdía la oportunidad de provocarlo con el objetivo de que volviera a hacerlo.

Pero ese era yo, no estaba seguro de cuanto estas acciones extremadamente posesivas podrían gustarle a Chanyeol, porque normalmente era él el que usaba los dientes. Pero había una sola manera de comprobarlo y salir de dudas. 

Desde mi nueva posición me era complicado escuchar bien los gemidos del cuerpo debajo de mí, pero sí podía sentir cómo sus músculos se tensaban bajo los besos. Profundicé los besos haciéndolos más largo e incorporando la lengua en el juego. Entonces escuché un gemido más fuerte que todos los anteriores. 

Esa fue la señal para pasar a las succiones.  Con esto los gemidos comenzaron a hacerse más frecuentes, bajé la mano y atrapé la punta del glande entre los dedos. Chanyeol estaba tan duro y excitado que casi estuve a punto de correrme cuando lo descubrí.  La humedad de los fluidos preseminales llegaban hasta la sábana, mañana no tendría más remedio que cambiarla.

Estaba descubriendo cuánto me satisfacía saber que era el causante de su excitación, me sentía extremadamente feliz de que los papeles se invirtieran en esta ocasión. 

Comencé a hacer círculos esparciendo todo el presemen por la ancha cabeza al mismo tiempo que mi lengua lo hacía sobre la sensible piel de la nalga. Entonces, cuando los jadeos se hicieron uniformes, abrí un poco la boca y clavé los dientes en la suave piel.

— Kyunnie, por favor....— Suplicó Chanyeol con un gemido ahogado.

Por fin había roto la voluntad de Chanyeol, se sintió genial las palabras suplicantes llenas de excitación, pero todavía faltaba mucho y si Chanyeol no tenía paciencia, a mi me sobraba. Volví acariciar la piel maltratada y me separé de ella.

— Todavía falta mucho Channie.— Dije lo bastante alto como para que escuchara.— Piensa que es un entrenamiento para que aprendas un poco sobre la paciencia.

Diciendo esto baje hasta meter la cabeza roma en mi boca, la lengua jugueteó con ella. Después subí bordeando los laterales del pene erecto, seguí subiendo, llegue a los testículos y hundí mi nariz en ellos haciendo círculos juguetones. 

Después pasé a succionarlos, primero uno, después el otro y al final en un esfuerzo máximo metí ambos en mi boca. A esta altura la respiración de Chanyeol era tan fuerte y errática que incluso es esta posición lograba escucharla. Cuando seguí subiendo por el perineo y llegué a su entrada un gemido demasiado profundo se escapó de sus labios. 

Ahora que había logrado llegar a este punto no iba a echarme hacia atrás, incluso él no me lo había hecho a mí. Se sentía extremadamente satisfactorio ser el más pervertido en al menos una ocasión.

La entrada comenzó a suavizarse con cada lamida, incluso sentí como palpitaba con cada roce de mi lengua. No era la primera vez que jugaba con ella pero nunca había sido de esta manera. Recordé como los ojos de Chanyeol se oscurecieron cuando en el clímax del sexo atrapé una de las nalgas con mi mano mientras con la otra penetré la fruncida entrada. Mientras mi falange atravesaba ligeramente el anillo de músculo Chanyeol gritó su orgasmo, no recordaba otra ocasión en la que él hubiera sido tan ruidoso como lo fue en ese momento.

Desde ese día siempre estábamos limpios los dos con el objetivo de que este no fuera un freno para desatar los demonios. Me alegraba que fuera así, cuando con la lengua en esta ocasión rompí el anillo de músculos.

Comencé a penetrarlo de esta manera. Una, dos, tres, cuatro y a la quinta vez sentí como las manos de Chanyeol en mi pelo llamaban mi atención.

Aparté mi cara de entre sus nalgas un poco preocupado, tal vez Chanyeol no estaba preparado para mis avances, pero no puede evitar sonreír cuando vi el pequeño pomo en su mano. No necesitaba palabras para comprender lo que me estaba pidiendo en silencio Chanyeol.

Por un momento me sentí completamente emocionado por lo que esto significaba, pero por otra parte también me sentía preocupado sobre cuán bien era capaz de hacerlo.

Tomé el pequeño pomo entre las manos, eche una cantidad generosa y la esparcí por las manos. Cogí un poco más del lubricante y lo dejé caer directamente sobre su entrada. Chanyeol se retorció un poco por el frío contacto pero enseguida dejó de hacerlo cuando mi dedo comenzó a hacer círculos sobre la entrada. 

Realmente solo tenía ideas teóricas de lo próximo que debía hacer, pero nunca había tenido que preparar a alguien, siquiera a mi mismo. Chanyeol tampoco nunca me había dado tiempo, el siempre lo hacía.

Pero al menos si tenía experiencia sintiendo cuan placentero podía ser, esperaba que pudiera ser igual de placentero para Chanyeol. Apreté un poco adentrando la primera falange como había hecho en otras ocasiones simulé varias embestidas solo adentrando esa falange y a la sexta decidí llegar un poco más adentro. 

La primera idea que cruzó mi mente cuando la segunda falange se sintió completamente apresada por sus paredes fue que era imposible que ahí cupiera algo más. Casi abordó la misión hasta que sentí como Chanyeol se movió auto-penetrándose y enterrando completamente mi dedo dentro de él.

Esta acción me dio un poco de seguridad y comencé a buscar la próstata. Con pequeños movimientos de mis dedos las paredes comenzaron a estirarse y la opresión comenzó a disminuir haciendo más sencilla la exploración. Seguí moviéndolos hasta que sentí la protuberancia chocar con mi dedo y decidí apretarlo para comprobar si era lo que andaba buscando.

Chanyeol se sacudió completo y gritó.

— Es ahí!.— Cuando se recuperó del grito con la voz entrecortada susurró. — Oh dios mío! Qué bien se siente.

Me sentí feliz de haberla encontrado, yo estaba bastante consciente de lo bien que se sentía, incluso ahora mismo sentía un poco de envidia al respecto. Pero ahora que ya la había encontrado ya sabía muy bien a donde apuntar con cada penetración. 

Chanyeol se mantuvo gimiendo mientras poco a poco se fue dilatando y pude introducir un segundo dedo. Ya cuando tenía tres dedos entrando rítmicamente en él tomé el glande en mis manos y comencé a acariciarlo al compás.

Ahora si creía que era posible que pudiera caber allí adentro, pero esa no era la mejor posición para hacerlo. Realmente la mejor posición para hacerlo era que él mismo se auto-penetrara pero no era una buena idea. Yo mismo casi había muerto de vergüenza cuando Chanyeol me lo sugirió la primera vez, habían tenido que pasar varias semanas para que me atreviera a hacerlo. Por tanto, la mejor idea era pedirle que se pusiera de frente a mí.

— Channie, creo que la mejor manera es que estés frente a mí.

Chanyeol obedientemente se volteó quedando frente a mí. Entonces recordé que había algo muy importante que no había hecho y que era lo que más quería ahora mismo. Subí sobre su cuerpo hasta que uní nuestros labios en un beso apasionado. Chanyeol me beso con hambre, pero yo atrapé su rostro parando sus acciones con mis manos. Lo obligue a mirarme a los ojos, la luz se reflejó en sus pupilas haciéndolos brillar y entonces le pregunté.

— ¿Puedo hacerlo?

Chanyeol no me respondió con palabras, alargó los labios en busca de los míos mientras él se apoderaba en esta ocasión de ellos. El beso fue dulce, suave, calmado; cuando terminó sonrió y movió la cabeza de manera afirmativa. No pude evitar sonreír también, lo miré coquetamente y le dije.

— Entonces, alcánzame la almohada.

A solas conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora