Ein bisschen Frieden

445 42 33
                                    

Northriver era un poblado pequeño pero acogedor, más hermoso aun bajo el brillo de la luna que señalaba el camino hacia la única posada existente en aquel lugar. Después de varios días de camino, pensar en una cama suave llenaba de deleite cada uno de sus cansados huesos. En las frías tierras del norte, las aldeas eran escasas y el suelo había sido su único compañero en las noches anteriores.

En los días anteriores no había sido solo malas noches de sueño. Un sonoro gruñido de su estómago le recordó lo hambriento que estaba. Desde el último pueblo no había encontrado ningún trashumante que le proporcionará siquiera un poco de alimento. Pero pronto amanecería, un buen descanso sería mejor para sus adoloridos huesos, después buscaría algo para comer. 

Deambular por el mundo había sido durante mucho tiempo su decisión y estas dolencias eran parte de la carga que tenía que soportar por tomar esa decisión. Luego comía, uno o tal vez dos. No estaba tan seguro de cuánto tiempo le llevaría encontrar otro pueblo y tenía que acumular reservas antes de la aventura que tenía que emprender.

Al entrar en la habitación, la encontró modesta pero acogedora. A pesar de los años de necesidad, no había olvidado la felicidad que ofrecen las comodidades mundanas. Kyungsoo decidió tomar el baño que había pedido y olvidarse por el camino.

Incluso con las gotas de agua que goteaban de su pelo se cayó en la cama, no era tan cómodo como él se había imaginado, pero no podía quejarse. Chasqueó sus dedos y aparecieron pictogramas de protección por toda la habitación. Esa fue una de las pocas veces que se permitió usar magia. Necesitaba dormir y dejar de estar alerta al menos una noche.

***

—Kyungsoo-ah! Kyungsoo-ah! Kyungsoo-ah!

Al solo escuchar ser nombrado fruncí el seño irritado. Estaba dispuesto a ignorarlo y volverme a sumergir en la lectura sin importar cuan irritantemente esa voz insistiera en llamarme. Tal vez si era paciente se marcharía, tal vez ... Ahora solo necesitaba regresar a la lectura.

***

Uno de los motivos por los que el joven mago evitaba usar la magia era por su seguridad personal. Cuando emocionadamente le comunicó a su maestro que habría logrado realizar una invocación de primer nivel, no esperaba que una sonora bofetada fuera la felicitación que obtuvo. Ahora lo comprendía, incluso estaba completamente seguro de cuánto amor sentía su maestro por él y lo indulgente que había sido. Estar vivo y conservar su alma era un claro ejemplo de ello.

Un camafeo antiguo con un fénix tallado lo había salvado.

Cuando el demonio apareció ante él esa noche extendiendo sus alas carmesí, comenzó a temblar como una pequeña hoja. El demonio había adoptado una forma humanoide, aunque aún conservaba sus aberrantes alas. Con pasos calmados comenzó a acercarse, mientras él intentaba acurrucarme contra la puerta del clóset en busca de protección.

Me debes algo pequeño, creo que tienes una tierna, jugosa y hermosa alma que me pertenece.

Con ojos aterrados no dejaba de observar a su enemigo como en cada momento se acercaba más a él. A solo un metro de distancia, el demonio paro, la ira comenzó a florecer el los ojos oscuros y una llama apareció en su mano. La disparó contra chico pero una barrera invisible la absorbió. Por un momento el demonio se sintió confundido, miró al chico y se percató del camafeo que brillaba sobre la blanca camisa.

Parece que el pequeño, tiene quien lo proteja.—El demonio dijo antes de comenzar a reír a carcajadas.

Las estruendosas carcajadas cesaron cuando de pronto dejó de reír. Volvió a mirar al pequeño con una sonrisa cautivadora y le sonrió.

A solas conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora