La Bruja enamorada

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Siete días llevaba en el bosque la Maléfica descarada cansada de su amor imposible de aquel Príncipe de hada. Se niega a creer que cayó en la trampa del amor y sutilmente fue follada. Por otro lado el Príncipe en aquel porché su corazón por ella persiste, pero de su venganza no desiste. Miró la posión y en aquella noche sexual recordó. Su firmeza entre sus piernas se levantó, y la bestia por poseerla renació.

- ¡Maldita Maléfica!, cómo es posible que por ti este muriendo de amor. Iré al bosque, porque con la bruja encantada encontraré la solución. De está venganza me olvido y alguna posión me tomaré para quitarme este amor.

En su caballo azul aperlado entre el bosque denso se sumergió. En el medio del bosque se encontraba la bruja recogiendo flores silvestres, contando una a una sus hojas para ver si su amor la amaba fielmente. Sin bajarse del caballo el Príncipe la observó y dentro si reflexionó.

- Cómo tuve valor de encantarla de amor, a quién piensa ella que ama, si la hechicé para que se enamorará de la nada. ¡BRUJA, BRUJA ENAMORADA!  Deja esas tonteras, ven que necesito de tus hechizos de amor.  Necesito que me hagas una posión para deshacerme del amor de la Maléfica descarada.

20 inviernos habían pasado desde la última carcajada que la bruja se echó. La aves de entre los densos árboles revoloteaban y despavoridas volaban por aquella burlona carcajada.

- ¿Esa es la bruja encantada?
Miró la Maléfica aterrada porque a kilómetro de distancia esa risa burlona se escuchó.

Mientras el Príncipe a su caballo clamaba porque relinchó por esa horrible reacción. La bruja caminaba arrastrando su vestido enlodado por el fango del pantano donde se bañaba. Se sonríe y tantea al Príncipe, mueve su cabeza de lado a lado. Le aclara

¿Crees que si hubiera una posión para el amor yo seguiría encantada? No crees que ya te hubiera abandonado y me hubiera desecho de este canto. Para el amor no existe una elixir que te desamore de la persona amada. El corazón, (tocando el pecho del Príncipe indaga) tu corazón por ella sangra, de noche la extrañas, siete días ha oscurecido y ella a tu alcohoba no ha echo parada. La deseas y tu cuerpo la invoca. Ella lo siente y se levanta, pero su orgullo no la deja venir. Porque el cuerpo de esa mujer no puede ser tocado sin ella darle permiso y ese mi querido Príncipe fue tu error. No debiste hacerle el amor, me hubieras hecho caso, tener sólo sexo y haber salido de su habitación. Mientras más seas poseído por ella, más se impregnará en tu piel y esencia.Tu amor por ella se intensificará©.

Keila M.
D.R.

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⏰ Última actualización: Oct 30, 2018 ⏰

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El Príncipe de hadas y La Maléfica descaradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora