Amarillo

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"Las voces en el lado derecho de mi cerebro son algo graciosas. Ellas me dicen 'Respira profundo, siempre está soleado'. Pero cuando dejo las luces encendidas, es tan obvio que mi vida es bastante plana"

Jimin suspiró mientras observaba su reflejo, acomodando su corbata por tercera vez en la mañana

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Jimin suspiró mientras observaba su reflejo, acomodando su corbata por tercera vez en la mañana.

Yoongi dejó de organizar el desayuno de ambos para dirigirse al rubio.

—Te ves bien, Jiminie. Deja tu corbata y ven a desayunar, ¿sí?

El rubio miró su reflejo por última vez antes de ir con su amigo.

—No tienes que hacer eso, hyung. Puedo comprar algo en la escuela.

—No es ningún problema para mi, Jiminie—respondió con una leve sonrisa.

Ambos se sentaron en la mesa, comiendo lo que el mayor había preparado. Era un desayuno simple, ya que Yoongi no tenía las habilidades culinarias de su niñera, pero a Jimin le hacía más que feliz.

—Oh, antes de que termines, no olvides de tomar tus medicamentos.

El chico asintió, dejando la mesa para buscar las píldoras. No tardó mucho en encontrarlas, pero no estaban en el lugar donde las guardaba.

—¡Hyung!

El castaño no tardó en ir a su lado, preocupado por él.

—¿Qué pasa, Jiminie?

—¿Moviste las píldoras?

—Sí, pensé que sería más fácil para ti encontrarlas así...

—¡No, hyung! ¿Por qué tienes que alterar el orden?

Yoongi suspiró, preparándose para la crisis que venía. Aunque no era algo raro que Jimin actuara de esa forma cuando se encontraba estresado, el hecho de verlo seguido no hacía que Yoongi se acostumbrara.

El castaño se acercó a el con cuidado, poniendo su mano sobre el hombro del chico.

—Está bien, Jiminie.

—¡No, no lo está! Las cosas deben de estar en orden siempre, porque si no lo están...

—No moveré tus cosas de nuevo, ¿sí? Sólo toma tu medicamento, por favor—suplicó el chico, temiendo perder la paciencia.

—Hyung, si esto no fue como planeé hoy, tal vez las demás cosas tampoco saldrán bien...—empezó a decir el chico, sus ojos yendo de un lado al otro de la habitación.

—¡Basta!—gritó el castaño, arrepintiéndose de haber alzado la voz tan pronto las palabras salieron de su boca.

Jimin cubrió sus oídos con sus manos y retrocedió lejos del chico, aturdido por el ruido.

Yoongi apretó los puños con fuerza, sintiéndose culpable de haber actuado de esa forma.

Estaba cansado de ser tan cuidadoso alrededor del Jimin, temeroso de que cualquier cosa que hiciera pudiera desatar una crisis de autismo en el chico, que ni siquiera se había detenido a pensar en como debería de actuar una vez que pasara.

Bajo el arcoirís [Yoonmin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora