Devorame

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Sentándose a horcajadas sobre el peliverde restregó deliberadamente su culo contra la erección de este haciendo al joven soltar un gemido. Empezó a acariciar con la mano izquierda el pecho de este mientras veía la cera de la vela derretirse poco a poco. La vela empezó a chorrear cera por los laterales y el pelinegro dejó caer un poco sobre el pezón derecho de Zoro.

-Argh, esta ardiendo.

-No aguantas ni un poquito de dolor?

El mayor siguió dejando caer la cera por el pecho del joven haciendo que su piel se empezase a enrojecer debajo de la cera caliente mientras este gemía.

Tenía el pecho lleno de cera cuando el pelinegro dejó la vela en la mesita y empezó a restregar el líquido por todo su cuerpo. Con la boca apresó el pezón izquierdo mientras con la otra jugaba con el derecho. Zoro sentía que se derretía, no entendía qué ocurría pero no podía pensar y cada vez se notaba arder más. Sus jadeos empezaron a ser cada vez más marcados y cuando Law se acercó a su entrepierna apretó su cabeza contra su polla con la única mano que tenía libre.

-No aguantas mas, eh?

El pelinegro mordió por encima del boxer de este mientras sus manos se dedicaban a bajar la única prenda que le quedaba al peliverde. Se metió toda la extensión del joven en la boca de una sentada haciéndole soltar gemido ronco. Zoro agarrando el pelo de este con fuerza y le embistió la boca moviendo sus caderas instando a este a aumentar el ritmo.

-Voy a explotar- consiguió decir intentando no quedar sin respiración.

Law le agarro la mano quitandola de su cabeza y jugó con la lengua alrededor del glande de este succionando y lamiendo con ansia. Cuando ya notaba como las piernas del peliverde se contraían intentado cerrarse las abrió con fuerza y engullo su erección haciendo que este se corriese con fuerza directo en su garganta. Zoro soltó un suspiro de alivio mientras recuperaba la respiración. Law se levantó limpiándose lo que le quedaba de corrida en la cara mientras sonreía.

-Aún no hemos acabado, ahora es mi turno.

Moviendo las esposas por la barra del cabecero de la cama le dió la vuelta al peliverde poniéndolo en cuatro. Se acercó a la mesita y volvió a coger la vela.

-Qué pretendes?- preguntó el joven al verle.

-Hacer que ardas hasta quemarte vivo.- rio el pelinegro.

Dejó caer una gran cantidad de cera caliente en la entrada de Zoro haciendo a este gritar por la sensación de quemazón inesperada. Y sin dejarle un minuto para recuperarse restregó sus dedos y metió uno sin delicadeza.

-Argh, eso ha dolido joder.

-Tss no pensé que fueses a quejarte tanto, no eras tu el que quería jugar?- y metió un segundo dedo.

-Ahh- jadeo- No me suele gustar ser el pasivo, sabes?

-Haber llegado antes niño.- Y sin preguntar mordió la nalga derecha del peliverde haciendo que este gritase una vez más.

Metia y sacaba los dedos mientras con la otra mano empezaba a bombear la polla del joven que empezaba a crecer de nuevo.

-Espero que con esto sea suficiente.

Y sin preámbulos apuntando a la entrada de este le penetró hasta el final.

-Joder, ahh.

-Estas tan estrecho.- se mordió el labio Law.

-Callate y dame mas fuerte.

-Como desees.

El pelinegro embestía al joven con fuerza haciéndole gritar mientras su cuerpo ardía cada vez más haciendo que el pene de Law se derritiera de placer. Acercandolo a la pared agarró su cara y lo giro para besarle con rudeza. Sus lenguas se unían siendo succionadas por el otro, Law mordió el labio de Zoro haciendo que la herida de esa mañana se abriese y empezase a sangrar. Zoro disimuló una mueca de dolor y lamiéndose la herida movió sus caderas pidiendo más. El otro dándose por aludido mordió el cuello del joven y siguió con las embestidas.

-Creo que me voy a volver loco.

-Voy a volver a venirme.

-Argh, me estas succionando.

Y estampando al peliverde contra la pared Law derramó su semilla dentro de este, el cual poco después se corría cayendo sobre la cama rendido.

..............................

Cuando había amanecido? No recordaba haberse quedado dormido. Poniéndose las palmas de las manos en los ojos las restregó intentando deshacerse del sueño que le embargaba.

-Au, por qué me duele la muñeca?- miró su mano derecha y vio una marca roja que recorría toda la muñeca.- Esposas?- dijo para sí mismo.

Dónde estaba? Miró a su alrededor, no reconocía la habitación, intentó incorporarse pero un pinchazo en la parte baja de su espalda le hizo volver a tumbarse revolviéndose entre las sábanas. Volvió a intentarlo esta vez más despacio, la luz se filtraba entre las finas cortinas y un reloj en la mesilla marcaba las 10:00. Ya completamente erguido encontró sus boxers verdes en el suelo y se los puso sin poder ocultar una mueca de dolor.

Descalzo recorrió los pasillos de aquella casa ajena hasta dar con el único humano en esta aparte de él. Reconoció el tatuaje de su espalda, allí estaba el causante de sus dolores, apoyado en la barandilla del balcón mirando el horizonte infinito del mar. La brisa moviendo sus negros cabellos, únicamente vestido con un pantalón negro de pijama. A pesar de que eran mediados de Noviembre no parecía que el frío le importase. Una serie de imágenes de lo ocurrido la noche anterior pasaron por su mente mientras se acercaba a él sigilosamente.

-Buenos días, has dormido bien?

-Tss, cómo sabías que estaba aquí.

-Tu olor.

El joven se acercó hasta la barandilla y sentándose en esta miro al mayor con una mirada de superioridad. Este le entregó una taza de café que tenía entre las manos y cerró los ojos disfrutando de la brisa marina. Zoro se acercó la taza a los labios he intentó beber.

-Auch- alejando la taza vio como la herida del labio se le había vuelto a abrir.

Law se alejó hasta la cocina y abriendo uno de los armarios sacó un botiquín, volvió hasta el peliverde y le agarró la barbilla. Lamió la sangre con cuidado y cuando esta parecia que habia parado de manar unto el labio del joven con un ungüento parando la hemorragia completamente. Durante todo el proceso el joven lo miraba sin entender nada.

-Gracias?- Zoro observó como el mayor cogía otra taza de café y soplaba mientras seguía absorto en sus pensamientos.

-Como te hiciste esa herida?- pregunto

-Gajes del oficio.- contesto de forma seca.

El pelinegro no pregunto más, y acabando su café volvió dentro.

A medio camino se giró y miró al joven.

-Te llevo a casa? O crees que podrás volver solo?- dijo con un tono sarcastico.

-Tss, contando que no se donde coño estoy no estaría mal...

Ambos se vistieron sin cruzar palabra y subieron a la moto del pelinegro de vuelta a la ciudad.

El viaje no duró mucho y Zoro seguía en estado de shock, como si su cabeza se hubiese quedado en esa habitación rememorando cada embestida, mientras sus brazos rodeaban a Law como si no quisieran separarse.

-Hemos llegado- dijo el pelinegro parando la moto.

Zoro se bajo de esta y quitándose el casco se lo dio a Law que lo guardó en el compartimento debajo del asiento.

-Nos volveremos a ver?- fue lo único que consiguió decir el peliverde.

-Quien sabe- Zoro pudo ver como los ojos del mayor le miraban con picardía debajo del casco mientras arrancaba y desaparecía entre las calles.

Vuelve a la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora