Capítulo 46

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FLORENCIA POV

Sus labios entreabiertos, necesito probarlos una vez más y no volver a parar... Tenemos que fundirnos en el calor de nuestros cuerpos hasta volvernos una. Estoy tan excitada. Siento las palpitaciones en mi entrepierna y mi corazón empujando a mi pecho con fuerza. 


Es la tentación más grande que existe en esta tierra, no puedo cansarme de ver mis manos en sus caderas porque pareciera que están hechas para estar sujetándolas con firmeza. Se eriza por completo y la sensación de la yema de mis dedos desplazándose por su piel es electrizante, no puedo estar más húmeda porque ya mi mente ha jugado sucio mostrándome las escenas que están por venir.


La conduje, con mi mirada fija en la suya, hacia la habitación.


-Maldito infierno esmeralda...-tragó saliva y no dejé de verla como si necesitara tenerla conmigo para siempre porque sino terminaría con el corazón congelado y mi cuerpo no volvería a saber qué es el calor. 


Intenté sugerirle si podía sentarse en la cama para continuar con nuestra sesión de besos puesto que realmente estaba necesitando sentir el calor de sus labios, pero al parecer tenía otra idea y lo descubrí cuando se mordió el labio inferior con detenimiento. ¡Maldita provocadora! Me tomó de la remera y me tiró para cambiar de lugar. Me condujo hacia una silla que estaba al lado de su cama cerca a un pequeño escritorio. Me empujó para sentarme. Ella levantó una pierna con bastante agilidad y colocó su pie entre mis piernas para separármelas, luego la bajó acariciando su muslo con un movimiento bastante candente, sabía lo que provocaba dentro mio y no le iba a decir que deje de hacerlo.


Se paró delante de mí y me dio la espalda para alejarse, a paso lento, provocando explosiones cálidas por cada rincón de mi piel. Su cuerpo esbelto y sus curvas tan bien definidas eran mi perdición, mi adicción... Maldita droga encarnada en ella, mi pecado favorito...


Ladeaba las caderas haciendo un vaivén con su trasero. Me mordí los labios ansiándolo, quería tocarlo y mucho.


Colocó sus manos en la parte trasera de sus muslos y las bajó hasta unos centímetros por encima de sus rodillas haciendo que el vestido que llevaba se estire... Luego, solo la oí decir la frase que acabaría con mi cordura.


-Estoy tan caliente...


Mis latidos le hacían competencia al mejor solo de batería, estaba sonrojada y mis manos no dejaban de jugar con el borde de la silla. Empezó a moverse mientras entonaba una canción a la que le dio un tono sexy... Bastante excitante para ser real... ella era la perdición completa. 


Hizo puños con sus manos una vez que agarró el borde del vestido blanco que llevaba y empezó a subirlo con tal lentitud que podía jurar que tenía hasta el short húmedo. Alcé las cejas una vez que pude visualizar las finas curvas de sus glúteos. Siendo estos separados por un fino hilo de tela negra...


Podía jurar que el color de mis ojos delataban como se encontraba cada área de mi ser. Sus manos rozaron la piel delicada solo de pasada porque ahora se avecinaban a sus caderas, mientras empezaba a retroceder lentamente y mi corazón parecía que iba a detenerse por lo muy lento que iba con cada paso que ella daba, acortando la distancia y dándole esperanzas a mis más pervertidos pensamientos.

Lujuria |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora