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Cuando tocaron la puerta el 31 de agosto a primera hora

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Cuando tocaron la puerta el 31 de agosto a primera hora. Lucy corrió a abrirla, del otro lado se encontraba un hombre de estatura baja – más bajo que los Caine, al menos – con una corta barba blanca, ojos oscuros y vestido en una túnica azul brillante.

"Profesor Silvanus Kettleburn supongo" Dijo la voz de Christopher a sus espaldas.

"Correcto" contestó el hombre, su voz sorprendentemente grave, "¿Y usted es el señor Caine, responsable de Lucy?"

"Nop, ese sería nuestro hermano mayor" Explicó, haciéndose a un lado para dejar al... brujo pasar.

Nathaniel era el que tomaba las decisiones difíciles en la familia y eso incluía a el resto de los miembros. Porque era el mayor de todos, pero también porque él era el mas sensato de todos.

Una vez dentro de la casa, Silvanus, con una taza de té en la mano y después de unos minutos de incomoda charla trivial, Nate entró a la casa, seguido por sus otros dos hermanos. Kettleburn inmediatamente se puso de pie y en otra circunstacias eso normalmente se debía a que todos conocían la reputación de el jefe de los Lobos Callejeros. Lucy dudaba que esta vez fuera por eso, más bien el hombre parecía tener modales. O tal vez era producto únicamente de la fuerte presencia de su hermano – una de las tantas razones por las cuales la gente instintivamente le hacía caso.

"Señor Caine" extendió su mano el desconocido. "Soy Silvanus Kettleburn, futuro profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas de Lucy, en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería" Nathaniel levantó una ceja seriamente.

Por un momento ninguno de los Caine se movió, hasta que Joe soltó una pequeña – para sus estándares – carcajada, y la tensión se disipó. "Criaturas mágicas, ¿eh?"

En el par de horas que siguieron el brujo les explicó todo lo que sucedería en los próximos días a los cinco hermanos, quienes escuchaban atentos. Cuando el reloj marcó las once en punto, Kettleburn se levantó de un salto de su silla, alertándolos. "¡Pero mira la hora que se ha hecho!" exclamó dramáticamente "Ya deberíamos de haber comenzado con tus compras."

Nate, Finn, Christopher y Joe los acompañaron hasta la puerta, donde un chofer los esperaban – sin duda cortesía de Nathaniel. El profesor se subió después de darle una mirada de desconfianza al auto, pero Lucy hesitó.

"Hey" dijo Christopher, obviamente notando el cambio en el humor de su hermana menor, "no te preocupes, nos veremos para cenar"

Lucy asintió, pero no se movió. Nate suspiró levemente "Tranquila Lu" insistió "Todo saldrá bien."

Tomando una bocanada de aire, la niña volvió a asentir, esta vez con más convicción y se subió al auto antes de que pudiera pensarlo dos veces. Desde el espejo retrovisor John le envió una sonrisa, probablemente intentando subirle el ánimo, y solo cuando ella dio una pequeña señal, el auto avanzó.

"No quisiera entrometerme" dijo Silvanus a su lado, sorprendiéndola "pero es extraño que las familias de los nacidos de Muggles no acompañen a los nuevos alumnos su primera vez en el Callejón Diagon."

Ohhh...

"Usted sabe...¿Sabe usted a que se dedica mi familia?" Preguntó la joven. El profesor titubeó pero asintió levemente, "Hace dos años arrestaron a los hermanos Kray" Cuando no hubo reconocimiento en la cara de el hombre, Lucy exhaló exageradamente, "Los gemelos Kray fueron una de las 4 bandas que dominaron Londres, y la más poderosa. Hace dos años fueron arrestados y la caída de unos de los grandes... bueno, significa guerra. Todos intentando quedarse con las sobras del imperio." Observando a los autos y la gente pasar, la niña dudo en si continuar, "Digamos que estos años las cosas han estado difíciles, mis hermanos no pueden darse el lujo de dejar el reino sin rey, por asi decirlo, ni siquiera por un día."

°°°

El Callejón Diagon era incluso más loco e increíble de lo que Lucy se había imaginado, ¿Lo más impresionante? La entrada detrás de El Caldero Chorreante. Lucy jamás volvería a ver una pared de ladrillos de la misma manera.

"...hasta me atrevería a decir que es la calle más conocida del mundo mágico..." había explicado el profesor Kettleburn tras su llegada, "... todo mago y bruja que desea hacer sus compras en Londres viene a estas tiendas y establecimientos..."

Mientras hablaba, Silvanus los guiaba a las diferentes tiendas, Lucy por su parte iba cruzando cosas de su lista de materiales.

En Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones Lucy había tenido el privilegio por primera vez en su vida de que le hicieran ropa a la medida – no que los Caine no tuvieran la plata para hacerlo regularmente, sino que sus hermanos le habían negado la petición con la escusa de que crecía demasiado rápido y cada dos meses había que comprar ropa nueva. – y no cualquier cosa, nada menos su túnica de Hogwarts.

En el Emporio de la Lechuza Lucy había elegido a una pequeña de color marrón y grandes ojos amarillos.
"Glaucidium brasilianum" dijo el profesor cuando la vió, con una sonrisa mientras le acariciaba suavemente la cabeza con un dedo, "buena elección, son muy rápidas y adaptables." Lucy lo nombró Clyde, y ante la confusión de el hombre, se encogió de hombros y murmuró "En honor a un héroe."

Fue cuando llegaron a la Tienda de varitas de Ollivander que Lucy conoció a la primera persona de su misma edad.
Era un niño de pelo castaño claro, más bajo en estatura que ella, delgado y cubierto levemente de pequeñas... ¿cicatrices?
"...ciprés y pelo de unicornio, 26cm, muy flexible, joven Lupin" Dijo una voz, y Lucy notó al hombre detrás del mostrador: un hombre de pelo blanco y ojos plateado pálido que miraban intensamente al palo en sus manos.

"Gracias, señor Ollivander" dijo el niño frente a ella y giró.

Ojos verdes y mejillas marcadas por pequeñas lineas blancas le devolvieron la mirada.
"Perdona." Dijo el morocho. ¿Que cosa? Lucy no estaba segura, pero el color rojizo que comenzaba a teñirle las mejillas era hipnótico.

"No hay problema" contestó ella haciéndose para un costado y dejándolo pasar. Pero el joven no se movió,

"Eres de primer año también." No era una pregunta pero Lucy asintió igual.

Un silencio incomodo se estrechó entre los dos y si no hubiese sido por Kettleburn, que entró a la tienda energéticamente, quien sabe cuanto tiempo se hubieran quedado allí sin decir palabra. Con un simple "Nos vemos en el tren." el niño salió de la tienda y Lucy alcanzó a ver como se reunía con un hombre mayor, indudablemente su padre, antes de perderlo de vista completamente.

"Señorita Caine" dijo una voz rasposa a sus espaldas. "Comencemos."

Y asi fue como Lucy se pasó las siguiente hora y media probando varita tras varita hasta que por fin la encontraron: "Acacia, una madera inusual en varitas; pluma de Fénix, 30cm de largo, y levemente flexible."



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⏰ Última actualización: Sep 10, 2019 ⏰

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