Aparición

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El no dejaba de temblar, tenía miedo, los escalofrios se hacían presentes, la ansiedad llegaba a tope y le inundaba la paranoía como cada maldita noche desde hace 2 semanas, durante el día el joven Tweek Tweak sentía la presencia que tanto le atemorizaba acercarse de a poco hacia el, a pesar de pasar la mayoría de su tiempo confinado entre 4 -aunque espaciosas y lujosas- paredes, la presencia no se intensificaba si no hasta la media noche, que era cuando la sangre le helaba, el cuarto parecía mas terrorifico y los escalofrios subian de a poco desde su espina dorsal hasta su cabeza, y aparecía desde la esquina del ropero, aquella esquina que tanto evitaba acercarse y tanto le rehuía, salir una sombra, una sombra que desde el momento en el que la visualizaba, sentía ir todos sus estribos, la manta delgada de seda que cubría su  cuerpo pequeño en pijamas verdes olivo le servían de protección, cubriendo desde sus pies hasta un poco mas arriba de su nariz, dejando afuera su cabellera rubia y despeinada, con los ojos bien abiertos pasaba en vela y desvelo vigilante, y temeroso las madrugadas, observando como esa sombra se acercaba mas y mas cada día que pasaba, intentó obtener ayuda días atras, pero todo fue en vano, esa habitación "lo protegía" según las palabras de sus padres, simples burgueses clase alta, tener un hijo como el, era una vergüenza, era mejor que Tweek pasara su enfermedad entre libros y soledad, y esa soledad posiblemente, el creía, que le había afectado tanto, que ya imaginaba monstruos del ropero, en su cabeza se repetía una y otra vez "no es real, no es real, no es real" sin embargo parecía mas que real eso que dislumbraba entre lo oscuro y los tenues luceros de luz que emitía la luna que entraban de las cortinas blancas desde el enorme ventanal frente a su enorme cama de caoba, mas grande de lo que un niño de 12 años necesitaba, pero que sus padres creían que el necesitaba, y mientras el pronunciaba y memorizaba el "no es real" en su cabeza, perdió todos -y los pocos- estribos cuando una de las velas que lo acompañaban en la oscuridad que tenía al costado en su mesita de noche se impactó contra la pared de la derecha con fuerza y estruendo, un grito ahogado fue emanado por sus labios, pues ambas manos fueron llevadas hacia su boca, cubriendo cualquier ruido que pudiera ser pronunciado desde su garganta, una escena así ante sus padres no significaría otra cosa que un enorme regaño y hasta cabía la posibilidad de ser internado en un centro psiquiatrico, y eso le daba aun mas temor que la misma presencia que lo asechaba, los ojos le lloraban y cada centimetro de su cuerpo temblaba, tenía un miedo increible en ese instante.

                      《...》

-Craig cariño, es hora de la cena

Pronunció una señora en sus treinta y tantos de cabellos dorados, mientras servía la cena con esmero para su pequeña y humilde familia, un alto e imponente hombre de cabello naranja se apareció apenas su mujer dió aviso al hijo de ambos 'Craig' , este tomó asiento en la mesa y volvió a llamar al muchacho, este podía ser muy testarudo en ocaciones.

-Craig, ven a cenar, tu madre no lo dirá 2 veces -sentenció el hombre con voz dura y fuerte para ser escuchado por su hijo.

-Ya voy, estoy terminando mi tarea -respondió el chico, escuchandose su voz acercarse a la cocina donde sus padres se encontraban.

La mujer sirvió un plato de sopa caliente en la mesa y el chico se sentó para degustarla.

-Estoy cansada, me iré a acostar -comentó la rubia despues de serciorar que su hijo comía la sopa servida.

-De acuerdo cariño, te alcanzo en la alcoba en un momento -respondió su esposo.

-Mamá -interrumpió el chico que de pronto había dejado de comer- disculpame por hacerte cocinar 2 veces -dijo cabizbajo.

-No te preocupes amor -la mujer volvió a donde su hijo, tomando entre sus brazos la cabeza de este y plantando un beso en la frente- se qué no puedes comer carne, estaré contenta mientras pueda alimentarte con otras cosas.

Entre el fantasma y la vida misma [PAUSADA] [♡Creek♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora