— No llamaron tu nombre cuando pasaron lista. —murmuró Yoongi.
— Si lo hicieron.
— No, yo me fijé y no oí tu nombre.
— Yoongi, tomaste tus medicamentos?
El pelinegro lo miró dolido, acaso su mejor y único acompañante dudaba de su cordura?
— No lo hice. —soltó al final.— Siempre te vas después de que los tome, y no quería sentirme solo.
— No lo entiendes, verdad? Yo jamás te dejaría solo.— le dijo el rubi con una sonrisa.— Pero los medicamentos son para tu bien.
— Pero me siento solo cuando no estás, eso también es para mi bien?
— La soledad no es tan mala, Yoongi.
— Lo és si tu no estás.
— Tienes un concepto bastante extraño de la soledad.
— No te vayas.
— Vuelvo mañana, te lo prometo.
— No te vayas!
— Adiós.
Y se levantó, tomado de la mano de la soledad, y se fue, dejándolo solo, con su propia soledad, la cuál era mucho mas cruel y fría que la soledad que conocía Jimin.