— Este lugar me da miedo.
— Aquí no nos encontrarán.
— Tengo frío, y hambre.
— No puedo hacer nada por eso, Yoongi, prometí curarte, el resto hazlo tú.
— Eso... Eso no es justo! —se quejó.
— Tú querías salir!
— Porque... Porque estamos juntos, y tenemos que cuidarnos la espalda.— explicó.— Jimin, por favor, tengo hambre.
— Te dije que no puedo ayudarte con eso.
— Porqué? —el rubio soltó una risa.
— Cómo esperas que tu propia mente te consiga algo de comida?
Y sin más, se fué. Se fue caminando hasta perderse de vista como hacía cada vez que Yoongi se tragaba los medicamentos, y lo dejó solo.