07. Fiesta, trío y humillación.

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Gimena

—Boluda, encima la chaqueta es de marca —digo con cierta emoción.

— ¿En serio? Qué genial.

Siento una mano posarse en mi hombro, giro sobre mis talones y sonrío.

—Andrés.

—Estaba buscándote —dice sonriendo.

Escuchamos unas carcajadas de viejas, detrás de nosotros.

—Pero miren a quiénes volvemos a encontrar.

Miro a ambas chicas que estaban cruzadas de brazos, en frente de nosotros. Oh por Dios, caballos que caminan en dos patas. Genial.

— ¿Las conocemos? —suelta Brenda.

—No, en realidad no. Pero... Los chicos que están con ustedes, sí —comenta una de las chicas.

Andrés y Alexander tragan duro.

—Che, les hago una pregunta. ¿Por qué no se van al dentista y nos dejan de romper las pelotas?

No sé si Alexander se rió o qué mierda, pero tengo baba en mi cuello.

Ambas se ríen.

—Somos sus ex's.

—Silvia, Martha ¿Se pueden ir? —dice Andrés entre dientes.

—Si tengo una perra, ya sé que nombre ponerle —agrega Brenda.

Suelto una carcajada.

— ¿Para qué más perras? Con ustedes es suficiente

—Mira querida, no vengas a romper los huevos —digo.

— ¿Pueden madurar? Aún siguen en su nube de fantasía —interfiere Alexander.

—Bueno ¿saben qué? Yo me voy con mi novio —tomo la mano de Andrés—, porque no sé quién de las dos fue su novia, pero él ya la superó —sonrío con malicia.



Brenda

—Alexander —dice una de las chicas con tono de advertencia.

—Alexander ya tiene novia —interfiero.

—Soy yo, lo sé —insiste la chica.

—Cariño, no sé qué pasó entre ustedes, pero eso ya es pasado.

—Él no pudo olvidar todo en tan poco tiempo.

—Bueno, pues lo hizo —trato de mantener la compostura.

—Alex, tú me diste mi primer orgas...

—Okay, ya es suficiente —interrumpe Alexander.

—Y fue en un bus —añade con rapidez.

Carajo.

—Ya vámonos, Brenda —me dice él.

—Y sólo usó dos dedos.

— ¡Ya es suficiente Silvia! —grita Alexander.

—No le grites a mi hermana, masturbador de chicas menores.

— ¿Son menores? —pregunto soprendida.

—Tenemos diecisiete.

—Mañana cumplen dieciocho, exageradas —añade el pelirrojo.

—Yo no tengo por qué oír esto —cojo mis cosas y camino lo más rápido que puedo.

— ¡Brenda, espera! —me grita Alexander pero lo ignoro por completo.



Gimena

—Bueno listo, soltame la mano —exijo una vez que estamos afuera.

Me suelta y baja su cabeza para reír.

— ¿De qué te reís? —lo miro sin entender.

—Es que se te veía realmente con celos.

Suelto un pequeño golpe en su hombro.

—Oh, Gimena muchas gracias por salvarme de esos caballos sos la mejor —digo con ironía.

—Ya, okay. Muchas Gracias Gimena, sos la mejor.

Sonrío con cierto sarcasmo y le muestro mi dedo del medio.

—De igual manera me gustó ser tu novio por unos minutos —agrega acariciando mi mejilla.

¿Querés mi conchita?

—Andrés —tomo una bocanada de aire—, me re gustas ¿okay? No quiero hablar de eso, no eres tú, sino que...

—Oh, vamos Gimena —me interrumpe—. Sólo estamos bromeando ¿verdad?

—Yo... No estoy bromeando, lo que acabo de decir no fue en joda —sonrío, y bajo mi cabeza—, nos vemos luego Andrés.


HASTA AQUÍ NOS QUEDAMOS :( espero que les haya gustado lo poquito que llegamos a escribir. LA NOVELA NO CONTINÚA, ya que Ale tiene nuevos proyectos y yo ya no escribo. Por respeto a ambas ninguna la seguirá porque es una historia de las dos y pues no puede seguirla solo una gg, en fin.

—Evelyn.

¡Cuidado con el sapo!Where stories live. Discover now