parte 1.

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Narra Chelsea.

Un día en el oeste, 1899. Vaya, la época de los forajidos se está acabando y quedarán un par de bandas.

Formaba parte de una de ellas, pero murieron la mitad. Por suerte yo y 3 personas más, entre ellas mi padre, pudimos sobrevivir, no quiero recordar ese día.

Desde entonces tengo un vida normal, vivo con mi padre, en una ciudad llamada Valentine.

Sali de mi casa hacia la tienda, vestida con un largo vestido y una chaquetilla azul por encima, mi pelo rubio como siempre, recogido en un moño.

Mientras iba a la tienda me encontré con una fuerte pelea, con lo que me gustan me metí como pude entre la cantidad de gente que había.

¡Iba perdiendo Tommy! Wow, el es el chico más 'malote' de la cuidad. Esto no se ve siempre.

De repente un viejo se metió y dijo que no lo matará, así que la pelea terminó.

Seguí mi camino hacia la tienda, solo tenia que comprar un par de cosas, una compra rápida y necesaria.

De repente, el chico que ganó la pelea se dirigió a mí. Yo simplemente miré para otro lado mientras seguía andando.

- Perdona, señorita. - dijo refiriéndose a mí.

- Ah, hola. ¿Necesitas... Algo? - Le dije parando en seco

- Si, am, verás. ¿Eres de aquí? - dijo mientras llenaba su cabeza de agua ya que estaba llena de barro.

- Eso creo, llevo aquí un par de años. - dije poniendo un mano en mi cintura.

- Perfecto, supongo que conocerás a una tal... ¿Daisy Cox?

-No, no la conozco pero me suena. Lleva mi apellido, puedes preguntarle a mi padre. Vivimos exactamente ahí, el es mas sociable que yo. - dije dudosa, supuestamente tengo una hermana que nunca conocí.

- Muchas gracias, señorita.. ¿Cox? - dijo mirándome.

- Chelsea, Chelsea cox. - dije con una sonrisa entrando a la tienda.

-¡Arthur Morgan! - grito mientras se alejaba rumbo a mi casa.

Así que... Arthur Morgan, eres un tanto atracitvo...

Compre algo de fruta en lata y atún. Y volví a mi casa.

Entre y mi padre estaba en el sofá hablando con Arthur.

- Hola papá, hola señor Morgan. - dije saludado mientras me dirigía a la cocina y dejaba las bolsas en la encimera.

Volví hacia el salón.

- ¿Necesitáis algo? - pregunta mientras colocaba mi pelo.

- No hija, estamos hablando sobre un tema... Ve a tu cuarto y vístete formal, tenemos que ir a una comida dentro de 1 hora. - dijo mi padre con este tono formal que siempre usaba.

-Vale, llamarme si necesitáis algo. - dije mientras subía las escaleras.

Me puse una falda negra y un camiseta de manga larga blanca con un poco de escote metida por dentro. En mi pelo hice una trenza y me maquille un poco. Me puse unos zapatos negros con un poco de tacon y espere un poco mirando por mi ventana.

- ¡Hija, ven a despedirte del señor Morgan! - grito mi padre.

Baje las escaleras sin decir nada y estreche las manos con Arthur.

- adiós, señor Morgan. - dije mientras separaba las manos.

- Llamame Arthur, es mejor - dijo mientras iba saliendo por la puerta.

- Esta bien - Le dije sin más y cerró la puerta - ¿De qué hablaban tanto?

- De Daisy Cox, tu hermana que nunca conociste. Es una larga historia hija, ella está con tu mamá. No tuviste oportunidad de conocerla, pero vive aquí.

- Si, está bien papá. Bueno... ¿Con quién tenemos que ir a comer?

- Con el señor Marston, no lo conoces. Ya lo verás - dijo mirándose en un espejo.

- Vale, estoy lista. - dije sentandome en el sofá.

- Si, ve saliendo y preparando al caballo. Ya voy yo. - dijo mientras tomaba un café.

Salí de la casa y empecé a preparar el caballo, dándole de comer, acariciandole, etc..

Luego salió mi padre, me monte detrás, el alante.

Llegamos a una casa que estaba en el campo, había un niño pequeño, una señora y un señor. Y después salió un viejo.

Forajidos ; Arthur Morgan y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora