Narra Chelsea.
Hoy entierran a mi padre en Saint Denis, y aquí me encuentro yo. Con Arthur yendo a allí.
Llegamos y vi a mi madre y a mi hermana, nunca las había visto.
Agarre a Arthur del brazo y le dije.
- Esas son mi madre y mi hermana, Danielle Cox y Daisy Cox. - dije mirándolas.
- Parecen ricas, de la clase alta de Saint denis. - dijo Arthur.
- Lo son, y mucho. Es algo de lo que me diferencio con ellas. - digo y paramos en seco.
- ¿Ellas te conocen? - pregunto Arthur.
- Claro que lo hacen, y mucho. Saben perfectamente quien soy, solo no se atreven a hablarme. Se piensan que yo no las conozco. - Le dije.
- Ellas te miran muy fijamente. - dijo Arthur.
- Lo sé, soy como un monstruo para ellas, dicen que no estoy lo suficientemente educada y que no parezco una señorita. - dije mirándolas, sin soltarme del brazo de Arthur.
- Se equivocan. - dijo Arthur.
- Lo hacen. - dije yo.
- Este hombre, Tyler Cox. Fue uno de los mejores que conocí. - dijo mi madre en alto - con él viví millones de aventuras pero algo nos distanció. Quizá un bebé - dijo mirándome - nadie lo sabe, simplemente lo hicimos. Hoy, estoy aquí para llorarlo. Creo que este hombre, vale oro. Y que yo daría mi vida para que él viviese. Pero en este caso es al revés, una enfermedad pudo con él pero nuestros cuerpos están unidos. Siempre lo han estado. Y siempre lo estarán. Te voy a echar de menos, tycox. - lo llamo por su mote.
- 'Quizá por un bebé' - dijo en bajito Arthur Morgan.
Yo reí.
- Yo como su hija, estoy totalmentr agradecida por la educación que él me dio y todos los valores. Me han echo ser mejor persona en TODOS los sentidos. Tengo que agradecerte infinito a ti, papá.
Tarde o temprano, nos vamos a encontrar. Y prometo cuidar de ti. Como tú siempre lo has echo de mi, gracias. Gracias padre. - dijo mi hermana daisy, yo la verdad ya no quería salir ahí y agraderle. Él, yo... Ugh.- Ahora, su otra hija. Chelsea, Chelsea Cox.
Arthur me miro y yo él, cruce los ojos en gesto de fastidio y fui hasta ahí para agradecerle.
- Bueno, ayer llegaron esos dos hombres de ahí a darme la peor noticia de mi vida. Y yo... Yo no sabía como reaccionar. Ya saben todo ese bla bla bla de que te voy a echar de menos. Pero me siento culpable, porque, yo me fui y no me dio tiempo a despedirme de él. Ni siquiera lo conocí tan a fondo como me hubiera gustado, pero supongo que compartimos vida... Y eso es lo que importa. Adiós, ranchero. - así era como yo le llamaba y salí de ahí, solamente quería aguantarme las ganas de llorar.
Arthur y yo mirábamos al suelo, no me importaba ni mi madre ni nadie. Yo ya había perdido la oportunidad de hablar con él. Eso era lo importante.
Alguien me tocó el brazo, gire para ver quien era y era mi madre.
- Lamento lo de tu padre - dijo esa vieja.
- Ajá, igualmente... - dije volviendo la vista para el suelo.
- ¿Sabes quién soy, no? - dijo. Y Arthur giro para ver quien era. Yo le miré y el me miro.
- Sí, se que eres mi madre. - la dije.
- Ya sabes, si no puedes pagar tus deudas en valentine tu hermana y yo estamos en Saint Denis. - dijo y yo asenti.
- Gracias pero ahora mismo si puedo. - dije y volví a lo mío.
Se fueron y llegó el turno de irnos nosotros también. Mientras subíamos al caballo pregunte algo.
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