Prólogo

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Sigilo y Asesinato.

Son palabras que ya conozco a la perfección.

[Edificio Central: Organización CouCo]

Esta noche en particular la Luna luce muy hermosa.

Ambos caminaban a la par; vistiendo una túnica que les cubría el cuerpo entero y con pasos calmados. No tenían prisa después de todo.

Entraron a aquel edificio obteniendo una mirada extraña del recepcionista; seguramente por su vestimenta (¿llevar una túnica en serio es tan extraño?) o la inusual máscara que ambos llevaban. El de la derecha tenía una que se asemejaba al rostro de un zorro, mientras su acompañante parecía tener otros gustos en moda, y portaba en su lugar la cara de un oso.
- ¿Puedo ayudarles en algo? -Preguntó aquel recepcionista en tono amable, o al menos tanto como se esperaría de alguien que trata de sacar su arma de forma disimulada y falla terriblemente.

- Por supuesto - Respondió con seriedad. Su voz era profunda, y sólo estar frente a él inspiraba miedo-

- Sólo no estorbes - Dijo su compañero. Este emitía el mismo aura que el otro; terror puro -

- Aquél recepcionista desenfundó su arma con una mala cara y se dispuso a apuntar pero Ni siquiera se dió cuenta cuando una bala atravesó su cabeza, y cayó al suelo sin vida.

Ambos se miraron. Debido a que llevaban máscaras no podían saber cuál era la expresión del otro, pero eso ya no era necesario puesto que la sabían de cualquier forma -

- Listo, procederemos con el Siguiente paso - Dijo el Zorro mientras hablaba por un comunicador que tenía puesto en la oreja -

-No hubo respuesta, pero tampoco era necesaria. El Oso se acercó al mecanismo de alarmas y lo activó.

Las alarmas sonaron en todo el edificio, y era obvio que no pasaría mucho para que ambos estuvieran rodeados de personal de seguridad armado hasta los dientes... Pero... Ese era el plan, y saber que todo iba como se planeó hacía que bajo esas máscaras ambos mantuvieran una sonrisa de victoria.

Había dos pasillos, uno a la izquierda y el otro a la derecha; sin contar el ascensor esas dos eran las únicas formas de llegar hasta ellos.

Ambos sacaron del interior de su túnica las armas que les correspondian; en el caso del Zorro dos pistolas para cada mano con balas perforantes.

Y para el Oso una ametralladora con munición expansiva.

No pasó mucho para que el sonido de pasos viniendo hacia ellos se hiciera presente, era evidente que eran demasiados... Pero... Realmente, eso nunca era un problema.

Empezaron a aparecer guardias desde ambos pasillos dispuestos a acabar con lo que se les pusiera enfrente. Para su mala suerte, los roles de bien y mal que tenían estaban incorrectos desde un inicio, ¿y quién ha oído que la justicia pierda en un final absoluto? -

- Genial, la fiesta puede comenzar ahora.

- ¿El que tenga más bajas paga las bebidas ésta noche?

- Trato. No te vayas a arrepentir cuando me acabe todo en el bar.

- Espalda con espalda, cada uno apuntó al pasillo que le correspondía. Sin dudar ni un segundo, las balas empezaron a llover-

[....]

- En la parte más alta del edificio, el helipuerto para ser más exacto, se encontraba el resto del equipo-

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