Capitulo Dos.

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Danny no tuvo más opción que tomar su arma, las llaves de su auto y seguir a Steve fuera de su departamento hasta su auto. A pesar de que el detective se sentía agradecido con la presencia de un Alpha tan imponente, tenia que admitir que también era ligeramente incomodo, es decir, el moreno lo estaba obligando a trabajar con él y eso no era bueno. El rubio extrañaba a Meka, su mejor amigo y compañero, era ridículo estar sentado en su auto sin la compañía del beta, ya que no tenia la confianza para bromear con el comandante, por eso el Omega sólo deseaba que eso fuera temporal. Mientras, el Alpha disfrutaba de forma discreta del aroma del rubio, ya que todo el auto olía a frutos rojos, era bastante placentero, hasta que un ruido rompió el ambiente. El teléfono del detective sonaba de forma bastante peculiar, como la banda sonora de una película de terror. Danny simplemente miro la pantalla del teléfono e ignoro la llamada volviendo a mirar al frente soltando un suspiro frustrado.

- Creo que tu matrimonio no funciono. - Comento el comandante en tono calmado para no alterar al detective.

- No, lo hubiera hecho, si mi ex no se hubiera vuelto a casar... - Dijo entonces el rubio casi en tono de burla. - Y hubiera traído a mi hija a este sucio agujero. - Para Steve estuvo claro pero se atrevió a preguntar.

- ¿No te gusta la playa? -

- No, no me gusta la playa. -

- ¿A quien no le gusta la playa? - Comento el comandante sin poder creerlo.

- Me gusta la ciudad... - Contesto el detective encogiendose de hombros. - Ya sabes, rascacielos, edificios sin tsunamis, los peces... -

- Dime que sabes nadar... - Lo interrumpió el moreno.

- ¿Qué si se nadar? - Inquirió el detective, era obvio que sabia hacerlo, había sido parte de su entrenamiento en su ciudad natal.

- No sabes nadar... - Dijo en tono de burla el otro.

- Bueno yo... Si se nadar... Para sobrevivir no por diversión... - Se defendió el rubio algo incómodo.

- Claro... - Cuando iba a seguir hablando ese tono espeluznante volvió a llenar el ambiente. El detective notablemente irritado tomo el móvil y contesto en un tono que claramente decía que no quería ser molestado.

- ¿Si linda?... - Dijo mordiendo su labio inferior para contenerse, hasta que la voz del otro le dibujo una sonrisa tan alegre en el rostro que parecía que el auto se había iluminado de pronto. - Hola amor... - Dijo ahora en tono cariñoso, cosa que sorprendió al marino. - No, no, no, creí que era tu madre... - Hizo una pausa para escuchar, mientras Steve no tenia duda de que el rubio hablaba con su hija. - Me alegra que les gustara el señor Hoppie... - La sonrisa en el rostro de Danny tenia cautivado al moreno, se veía realmente guapo de esa manera. - También estoy contento, nos vamos a divertir mucho el fin de semana... Oye... Danno te adora... - Y con eso corto la llamada, el moreno alzó las cejas a modo de pregunta.

- ¿Quien es Danno? - Quiso saber entonces Steve.

- Nadie. -

- ¿Uhm?... - Lo miro interrogante, no se quedaría sin esa respuesta.

- Solo... - Dijo el detective, estaba claro que por el momento no iba a hablar de eso.

- Claro... - Dijo entonces el marino, decidido a ganarse la confianza del rubio.

- Gracias. - Contestó este asistiendo sin mirar al moreno.

- Si. - Y así, siguieron en silencio lo que duraba el recorrido al lugar donde encontrarían a Duran. Todo era silencio, a excepción de la cabeza del marino. Tenia muchas preguntas y pocas respuestas, unas cuantas tenían mucho que ver con el rubio que tenia sentado al lado, además de que, el aroma del mismo era demasiado relajante, y aunque Steve quería indagar en el porque, sabia que ya habían sido demasiadas preguntas por el momento.

Ojos Azules - McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora