two ! lies

286 21 1
                                    

Mis manos se dirigieron a sus cabellos, peinandolos con suavidad ya que eran corto como para usar un peine. Mi mente se dejó liberar en aquel gesto, ahogandose en preocupaciones de una chica de 17 años.

Jungkook estaba haciendo sus deberes y me había llamado porque necesitaba mi ayuda ya que mamá aún no salía de la cama.

Oí el aviso del microondas que advertía que quedaba aproximadamente un minuto para terminar de recalentar la comida.

Había preparado el almuerzo hoy más temprano, pero ella no nos acompañó. Sin embargo, se me ocurrió la idea de llevarselo a la cama.

Jungkook seguía concentrado en aprenderse las fechas patrias a mi lado, así que preferí dejarlo así. Lo tomé suavemente de la mejilla que estaba al lado contrario mío y lo acerqué, depositando un sonoro beso en la mejilla más cercana a mí. Él se rió por este y volvió a concentrarse en su cuaderno.

Posteriormente, me puse de pie y me dirigí al microondas. Lo apagué cuando la cuenta regresiva marcaba 5 segundos y lo abrí, sacando el plato dentro de este.

Lo coloqué en la isla de la cocina mientras buscaba una bandeja para poner el plato junto a un vaso con jugo de naranja. A un lado puse una rodaja de pan y me encaminé a la planta de arriba.

Una vez me hallé frente a la puerta de mi madre di, inútilmente, unos suaves golpes en la puerta; más para dar aviso de mi presencia que para recibir como respuesta un 'pase'.

Entré suavemente, mis pasos llevandome hasta la delicada mesa de luz que se hallaba junto a la cama, para colocar en esta la bandeja. Me di la vuelta, viendo a mi madre aún dormida.

Sus párpados se veían ya oscurecidos, pesados y tan cansados de llorar. A diferencia de sus ojos, el resto de su rostro era pálido y aquel blanco acompañado por un par de lágrimas secas en las mejillas.

Mamá. . .

Me destrozaba ver así a la encargada de hacer mi rostro brillar durante toda mi vida.

Me incliné frente a ella sólo para dejar un suave beso en su frente, provocando que se removiera en la cama. Tomé su hombro entre mis manos y la moví un poco.

Sus ojos no se abrieron al instante, pero lo hicieron tiempo después. Me miró en la penumbra en la que se hallaba la habitación a pesar de ser mediodía, debido a que dejó todas las cortinas cerradas.

─ Mamá, te dejo el almuerzo ahí por sí tienes hambre ─ susurré lo más suavemente posible, para luego retirarme de la habitación con pasos rápidos.

Volví a la cocina con Jungkook aún concentrado en su cuaderno, pero no alcancé a volver a mi sitio junto a él porque el timbre resonó en toda la casa.

Mi cabeza se ladeó con cierta confusión en aquel gesto mientras me dirigía a la entrada, con un muy curioso Jungkook detrás de mí sin querer ser descubierto.

Cuando llegué, abrí la puerta que no daba a la calle, pero que sí dejaba ver a quién haya tocado el timbre que se encontrara detrás del enrrejado el cual sí daba a la calle.

El rostro me fue automáticamente reconocido, dejando que se formara una sonrisa en mis labios.

¿A quién se le ocurriría hacer una visita en pleno mediodía sin avisar? sólo a Kim Taehyung.

Estaba vestido con una camiseta holgada blanca, unos jeans rasgados azules y unas zapatillas de una marca que no conocía. Su cabello rubio se encontraba desordenado pero aún así se veía con gracia.

No hay forma de que algo le quede mal a Kim Taehyung.

Apreté el botón para quitar la traba de la reja y le hice un gesto para que pasara. La reja hizo un ruido y él, más por conocerlo que por saber descifrarlo, supo que ya podría abrir esta.

honeybabe ;; jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora