honeybabe ;; jk

three ! change

─ ¡Jeon SunHee! ─ escuché un llamado desde lejos.

Mi cabeza se dio vuelta instintivamente y busqué al emisor. No tardó en aparecer frente a mí y hacerme ladear mi cabeza confundida, ya que no lo reconocía.

─ Te he estado buscando por todas partes, no eres alguien fácil de encontrar, ¿eh? ─ me preguntó, a pesar de que parecía estar hablando más consigo mismo.

Lo observé detalladamente. Se veía de mi misma edad, cabello anaranjado y con un rostro que denotaba inocencia. Su contextura era delgada, su piel era un color miel y sus ojos eran oscuros. Estos me veían como quien espera una respuesta que sabe que llegará detrás de esos anteojos con marco grueso y negro.

Sin embargo, en mi cabeza se repetía lo mismo.

No, no lo conozco.

─ Disculpa que pregunte esto, pero. . . ─ titubeé en mi manera de decirlo.

¿Cómo soñaría suave?

─ ¿Te conozco? ─ solté.

Así no. Así no suena suave.

Ups.

En el rostro del chico brilló una ligera decepción, pero su sonrisa se mantuvo ahí.

─ Mi nombre es Kim JungWoo. . . ─ murmuró, esperando que con eso mis dudas se aclararan.

Uhm.

Error en la base de almacenamiento.

─ Estamos juntos en todas las clases y estoy sentado detrás de ti en todas ellas. . . ─ continuó, seguramente mi rostro demostró lo que mis palabras no. ─ Me pides un lápiz todos los días porque pierdes el tuyo. . . todos los días.

Okey, ahora sí me hacía una idea.

Más bien, estaba incluso más perdida que antes.

Pero sí se lo digo va a matarme.

Asentí usando mis dotes de actuación, los cuales eran nulos, dejando ver que sus palabras tenían sentido para mí.

─ ¡Ah! Sí, claro. Tú. Claro que te recuerdo ─ dije, en un intento de imitar su sonrisa.

La suya se ensanchó, aunque algo en ella me decía que no me había creído ni por un segundo.

─ ¡Me alegra! ─ exclamó, haciendome recordar a mi querido hermanito con aquellos dientitos ─ Quería hablarte porque, como el profesor de historia nos colocó en el mismo grupo, debemos organizar sobre cuál guerra hablaremos ─ me explicó, con una paciencia que no sabía de dónde salía.

¿El profesor hizo eso?

Normalmente quedaba junto con Taehyung siempre.

¿Hoy vino Taehyung?

Mi cabeza había estado en las nubes que no recordaba siquiera haber salido de clases, sino más bien haber deambulado por el colegio haciendo las cosas como una máquina mientras me recriminaba por mis pensamientos que prosiguieron en mí durante años.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al recordar aquella noche, después de tanto tiempo.

Mejor concentremos nuestra cabeza en cómo Jungwoo muerde sus, seguramente suaves, labios de una manera que me enloquecía.

─ Oh, está bien. ¿Quieres darme tu número de teléfono? Así podremos organizarnos mejor ─ le recomendé, a lo cual él asintió.

Terminó de dictarme su número telefónico y nos despedimos, siendo yo la que se separó del camino que estábamos siguiendo juntos hasta entonces.