CINCO

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¿Por qué no comes, pequeña?
preguntó Saul.

No tengo hambre.-respondió indiferente-

Saul se acercó a su pequeña y la
abrazó. El debería haber pensado las
cosas mejor y simplemente haberse
acercado como una persona normal.

Si,él hubiese comenzado así, su pequeña no estaría aterrorizada en sus brazos.

Discúlpame, Sofia.-habló un
arrepentido Saúl, Sofia estaba tieza en sus brazos y. él lo entendía, entendía que le daba miedo.

Te amo.- rozó su nariz y labios por el
cabello de la muchacha.

Sofia aún seguía sin responder ante
las demostraciones de afecto y palabras de Saul

Ella temía por su vida, aún era muy
joven para morir. Saúl parecía una persona tan amable y adorable pero, las apariencias engañan, siempre.

Déjame ir, por favor.-pronunció con
un hilo de voz

Saul la observó con ternura y
acarició suavemente su mejilla, ¿Por qué me temes?-preguntó.

Yo..Y-yo.-intentó decir Sofia.

si no te hice daño antes,¿Por qué lo haría ahora?, ¿Qué gano yo con eso? Absolutamente nada,vocifero con furia.

Lágrimas pequeñas escapaban de
los ojos de la muchacha. Permanecía
callada.

Esperé, esperé mucho maldito
tiempo para poder mostrarme de esta
manera, ¿Sabes todo lo gue he tenido
que aguantar?, ¿Sabes como mierda me sentía al ver que la mujer que amo salía con otros hombres?, ¿sabes lo que dolía ver que ellos podían besarte y yo no?

Saul presionó fuertemente una
parte del sofá para contener su furia,
Sofia sintió que algo dentro de ella
se quebró, ¿su corazón? Quizás. Pero
permanecía sin decir una palabra
¿Sabes qué? Levántate, te llevaré a tu
casa.-se levantó con brusquedad del
sofá.

La pequeña se levantó temblorosa de
allí y caminó por donde Saul había
caminado para llegar a su auto

Una vez dentro, ninguno de los dos
pronunció una palabra. El mantenía
un semblante serio y ella lloraba en
silencio.

Luego de un largo viaje, el auto frenó
en la casa de Sofia.

Baja de una vez, Sofi.-apretó
con furia el volante, ¿De verdad la
dejaría ir?

Sofia abrió la puerta del auto y salió
como pudo al frío asfalto, cerrando la
puerta detrás de ella.

Esta vez Saúl no había abierto la
puerta por ella y la había cargado con
ternura. Esta vez Saúl la obligó a
salir. Esta vez Saúl estaba cansado.

La pequeña entró a su casa
rápidamente y se acurrucó en su amigo,el cual seguía profundamente dormido.

Las lágrimas no paraban de salir de sus bellos ojos, ¿Qué iba a pasar ahora?.

O B S E S S E D. [No nos cortes | Saúl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora