Mi Destino

3: Betas y un Adios

Me encontraba parado justo al lado de Víctor Lens el alfa líder de la manada, el cual tenía una sonrisa tan falsa como su promesa de cuidarme, y frente a mí, a quien sonreía Víctor,
dos hombres altos, de cuerpos fuertes y bien trabajados. Por lo que puedo imaginar son betas, ¿ellos vienen por mí? Tengo miedo.

— Señores les presento a Andrew Brooks uno de nuestros mejores omega — dice Víctor con tal hipocresía y una sonrisa en la cara, como puede decir eso si siempre me ha despreciado. Yo lo volteo a ver con una cara de incredulidad y total confusión.

—Un placer joven Brooks— hablo el que parecía ser elmayor de los dos, un hombre de al menos 25 años, pelinegro de ojos café obscurocasi negros y piel bronceada —Me llamo Aarón Wells y el joven a mi lado esCameron Smith, somos betas del alfa de la manada BlueMoon— el hombre lospresento a ambos sonriendo. El otro hombre de cabello castaño, ojos verdes, dealgunos 23 años y de piel clara, pero no tanto como la mía, me sonrió también,desde la muerte de mi padre nunca nadie me había sonreído así, en ese momentosentí mis mejillas calentarse, ¡¡OH NO!! Grite dentro de mí, me he sonrojadodebo verme tan tonto.

Una mano moviéndose frente a mí de un lado a otro me distrajo de mis pensamientos.

— ¿Se encuentra bien joven Brooks?— me pregunto Aarón con una aparente preocupación en el rostro.

—S-sí, es-toy bien— dije sin poder evitar tartamudear, nunca nadie aparte de mi padre se había preocupado por mí —Es un placer— dije ya más calmado.

—Bien— esta vez fue Cameron quien hablo sonriéndome una vez más.

— Pues bien las presentaciones fueron hechas, pueden tomar asiento señores en un momento servirán el té— dijo Víctor con su estúpida sonrisa hipócrita en la cara, lo odio tanto.

— No hace falta alfa Víctor, se nos fue ordenado venir aquí solo por el joven Brooks no a tomar té — dijo Aarón con una dura mirada en el rostro.

— Antes de irse deben entregarme el tratado — hablo Víctor con tono fastidiado sacando a relucir su verdadera cara.

—Tome — dijo Cameron — Pero recuerde ese tratado no tendrá ninguna validez si ustedes vuelven a intentar entrar en nuestro territorio.

—Vamos joven Brooks debemos irnos, nuestro alfa nos espera— dijo Aarón sonriéndome, yo le sonreí también, por algún motivo inexplicable para mí. Pero aun así no quería irme, no quiero dejar las tumbas de mis padres.

— Joven Brooks, ¿pasa algo?— pregunta Cameron.

— No quiero irme — digo en un susurro apena audible.

— El trato esta hecho chico, tienes que irte — hablo Víctor soltándome todo su veneno. Si será maldito, lo único que quiere es deshacerse de mí.

No quiero irme, no quiero irme, ¡NO QUIERO IRME! grite dentro de mi sintiendo ya las lágrimas correr por mis mejillas, tape mi cara en un intento vano de que no las vieran, ya era tarde todos las habían visto, una mano sobre mi hombro me sobresalto, era Cameron.

—Joven Brooks—hablo, pero no respondí ni siquiera me moví— Andrew— dijo mi nombre, ahora si destape mi cara y lo vi a los ojos, sus ojos de un verde hipnótico.

— Debemos irnos joven Brooks — fue lo último que dijo Aarón antes de comenzar a caminar hacia la puerta de salida.

— Vamos Andrew, nuestro alfa está ansioso por verte — fue lo único que dijo Cameron cediéndome el paso para que saliera primero.

Afuera, frente a la enorme casa estaba una gran camioneta negra que ni siquiera note cuando llegue, en el asiento del piloto se encontraba Aarón ya listo para partir, Cameron siguió caminando hasta pararse frente a una de las puertas traseras de la camioneta abriéndola, volteo a verme indicándome que subiera, yo camine hasta él y justo antes de subir levante la mirada.

—Antes de irnos, ¿puedo hacer algo?— pregunte ya resignado ante lo inevitable, y con cierto tono de súplica en mi voz.

— Claro —dijo Aarón.

— Enseguida vuelvo — fue lo último que dije antes de salir corriendo hacia el único lugar donde no era mal visto ni despreciado, el cementerio de la manada.

Corrí lo más rápido que pude hasta llegar, estando ahí me dirigí a la tumba de mis padres, donde fueron enterrados juntos.

—Mamá, papá. Hoy no vengo a platicar con ustedes como todos los días... hoy — digo soltando un pequeño sollozo ya los ojos inundados en lágrimas — Hoy vengo a despedirme.

Caí de rodillas al suelo abrazando la tumba de mis padres los únicos seres que me han querido en toda mi vida y aunque no conocí a mi madre, mi papá siempre me hablaba de ella y nunca se cansó de decirme lo mucho que ella me hubiera amado.

—Lo siento papá, lo siento mamá tengo que irme, no quiero, pero debo hacerlo, nadie me quiere aquí— los ojos me arden ya de tanto llorar.

—Adiós mamá, adiós papá siempre los recordaré y los amare por la eternidad.

Y sin más regrese sobre mis pasos pero ya no corriendo quería alargar lo más que pudiera mi partida, pero más pronto de lo que creí llegue frente a la camioneta y en la misma posición que cuando me fui se encontraban Aarón y Cameron, sin decir nada subí. Cameron cerró la puerta y subió en el asiento del copiloto, en eso la camioneta se puso en marcha en dirección a la carretera y con una última palabra en mente decidí cerrar los ojos y ya no pensar en nada más.

"Adiós"

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❣❣ bye bye ❣❣