10: La Maldición de los Brooks

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Hace 6 años

Paul

Un día llego a la manada la noticia de la muerte del alfa líder de BloodWolf y como es acostumbrado las familias de los alfas de las distintas manadas asistieron al entierro.

Jamás imagine que en medio de esa triste situación y a mis 19 años encontraría a mi mate mi pareja destinada y mucho menos imagine que sería un chico, un niño de tan solo diez años de edad, un hermoso niño castaño de ojos azul cielo, pero al fin y al cabo un niño y además hijo del alfa fallecido.

Al lado del ataúd se encuentra el pequeño niño llorando con tal sentimiento que me desgarraba hasta el alma solo quería correr a él y abrazarlo decirle que todo estaría bien que yo estaría ahí cuidándolo, pero no pude, tuve miedo de no ser suficiente de no tener algo que ofrecerle, una diferencia de nueve años nos separaba, él es un niño y yo casi un hombre. Él acaba de perder a su padre no puedo simplemente ir y decirle -¡Hey! eres mi mate y vendrás conmigo a mi manada porque así lo digo yo- no puedo hacerle eso él está sufriendo mucho ya como para llegar yo a imponérmele.

Sin embargo eso no evito que me le acercara con la excusa de brindar mis condolencias.

— Lamento mucho tu perdida — dije tocando su hombro, él levanto su rostro y quede maravillado, estando más cerca pude admirar mejor su belleza.

No respondió nada solo bajo la miranda y siguió llorando en silencio, me dolía verlo así y aunque no podía hacer nada por el momento me prometí que en un futuro volvería por él y lo cuidaría como mi mayor tesoro. En ese momento mis padres me llamaron debíamos irnos ya, pero no quería irme sin antes hacer algo.

— ¡Hey! Niño — dije tocando su hombro nuevamente el levantó su rostro y me miro — Escúchame bien, me llamo Paul Anderson, no olvides mi nombre — fue lo último que dije antes de darle un beso en la frente y salir corriendo hacia el auto de mis padres con la esperanza de que no me olvidara.

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Llegamos a la manada y me encontraba emocionado, había encontrado a mi mate, mi pareja para toda la vida, aquel ser que la luna había elegido especialmente para mí y como todo lo que consideraba importante o me hacía feliz se lo contaba a mi abuela, esto no fue la excepción, nada más baje del auto corrí a su casa.

— ¡Abuela, abuelita! — llegue corriendo y ella tan amorosa como siempre me recibió con un cálido abrazo — No imaginas a quien conocí hoy.

— Pues imagino que alguien importante para que estés tan emocionado — dijo sonriéndome.

— Si abuelita conocí a la que será la persona más importante en mi vida, mi mate abuelita.

— ¿Es verdad eso mi niño? — pregunto.

— Si abuelita, es verdad aunque hay un pequeño problema es tan solo un niño abuelita y además hijo del alfa que murió — dije sin poder evitar ponerme triste al recordar como sufría mi pequeño niño.

— Esto no puede ser ¿Ese niño es un Brooks? — pregunto mi abuela desesperada.

— Si abuelita es el hijo del alfa Robert Brooks — la cara de mi abuela cambio en un instante —¿Qué pasa abuelita, por qué haces esa cara?.

— Esto no puede estar pasando... sucio destino traidor — balbuceo mi abuela molesta, no entendía nada.

— ¿Qué pasa abuelita? ¿Por qué dices eso? — pregunte preocupado.

— Hijo debes olvidarte de ese niño, a esa familia la acecha una maldición — una maldición de qué diablos habla.

— Abuela de que hablas ¿una maldición? — pregunte confundido.

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