Capítulo 4. Carpe diem

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Aviso de que en este capítulo hay una escena subidita de tono.

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-Lo que nos faltaba-replicó Josh-, un pasadizo secreto. 

Y en ese momento se escuchó un grito desgarrador. Todos se asustaron, uno de ellos se desesperó al saber de quién provenía. Mel se apresuró a parar a su amigo, totalmente dispuesto a tirar la puerta abajo si hacía falta, y todo con tal de salvarla ahora. Se dejó de escuchar grito alguno y todos se temieron lo peor. Josh no quería pensarlo, no quería imaginarlo si quiera. No podía estar pasando esto. Otro alarido se escuchó, más débil y cercano, luego un golpe contra la pared, unas palabras insultantes seguidas del ruido de las llaves entrando en la cerradura y un cuerpo con vida arrojado en la habitación. Mel se apartó del lado de Josh y él fue corriendo al encuentro de la morena. Sharon estaba tirada en el suelo boca abajo, Josh la giró y pudieron ver que tenía la ropa descolocada y manchada de una sustancia oscura. George no había cerrado la puerta, estaba apoyado en el marco de la misma observando divertido la escena. 

-Iba a portarme bien con ella-dijo con aire inocente-, pero se ha resistido, no me ha hecho caso y encima ha intentado partirme un jarrón en la cabeza-bufó-, como si eso fuera suficiente para matarme.

Entonces cerró la puerta y los dejó allí de nuevo, con el des cubrimiento del pasadizo, a la espera de una explicación por parte de Sharon.

-¿Qué te ha hecho ese desgraciado?-preguntó Josh. Le temblaban las manos.

Sharon estaba llorando, pero no de miedo, sino de rabia. Estaba enfadada, se sentía humillada.

-Me ha obligado a quitarme la ropa delante de él claramente con malas intenciones… Y como me he negado sacó su pistola. Fue un momento al baño, y cogí un jarrón para intentar hacer algo, pero fue inútil. Ese capullo me ha visto venir, esquivó el golpe y me dio un cachetón. Luego enfureció… No sé… fue todo muy raro… auch…-se quejó tocándose la frente. Tenía una pequeña raja-. Luego de eso me sacó al pasillo y me estampó contra la pared.

-Maldito asqueroso-murmuró Josh por lo bajo, Sharon hizo oídos sordos a esto. No entendía por qué le afectaba tanto. Normalmente ellos no se llevaban a las mil maravillas. De hecho, nunca se habían llevado más allá de unas pocas palabras. 

- Ahora tenéis que contarme qué demonios es eso-dijo ella señalando el pasadizo.

Entre los tres intentaron explicarle lo poco que habían descubierto, y Sharon tenía las mismas dudas que ellos. Fue al baño de la habitación y se lavó la cara para despejarse, cuando estuvo de vuelta encontró a los demás hablando en susurros.

-¿Qué discutís?

-Tenemos que entrar a este túnel-dijo Mel-, lo hemos echado a suertes y me ha tocado a mí.

-No vas a ir sola-replicó Daniel-, yo iré contigo.

-No podéis meteros en ese túnel para ratas sin saber qué os encontraréis. Por lo que habéis encontrado esta casa es muy vieja y ese túnel podría no aguantar vuestro peso y desplomarse-dijo Josh totalmente en desacuerdo con el plan. 

-Correremos el riesgo, hay que encontrar una forma de escapar de aquí-dijo Mel.

-Y si no encontramos pronto el fin del pasadizo volveremos en seguida-aseguró Daniel. 

Los chicos se quitaron las chaquetas y los jerséis para permitirse una mejor movilidad y rebuscaron en los cajones y escondrijos de la habitación algo que les pudiera ser útil en un lugar tan reducido y oscuro. 

-Tened cuidado-dijo Sharon-, no os arriesguéis.

-Tranquila, estaremos de vuelta pronto y os sacaremos de aquí-dijo Daniel.

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