Madison, una joven de apenas 17 años está dando un paseo por el parque del pueblo qué le ha visto crecer, Eastland, Texas. Este va a ser seguramente la última vez que lo haga ya que por fin logró emanciparse de sus padres y se irá a Raiford, Florida, con una amiga para estudiar medicina.
Mientras camina medita y programa su futuro, algo que siempre ha querido pero por la alergia de su madre es tener un periquito o un canario, y ahora qué no viviría con ella estaba dispuesta a cumplir ese deseo de su infancia. De pronto algo le distrae de sus pensamientos: el llanto de una niña pequeña bajo uno de los árboles.
Se fija un poco más en aquella chiquilla, pues es algo peculiar. Empezando por su pelo rojo y naranja como si de fuego se tratase, siguiendo con las plumas que parece tener en el cuello y los hombros, y terminando por las alas y la cola de tonalidades similares a su cabello solo que con tonalidades cenizas. Estos últimos rasgos son más los propios de un polluelo que los de un ave adulta.
Madison no se lo piensa y se acerca a la infanta con la intención de saber qué hace allí y por qué está llorando. Una vez a su lado se sienta sobre el césped para hablarle.- Hola pequeña, me llamo Madison, y tu? - La pequeña le mira con sus ojos; unos ojos tan naranjas como el fuego, al principio con miedo pero ese sentimiento se desvanece cuando Madison le sonríe.- No voy a hacerte nada bonita, confía en mí.-
- S-sophie-
-Y dime… cuántos años tienes?- Trata de romper el hielo con un tema de conversación trivial pero de suma importancia en estos momentos.
-Drés- Comprende qué quiso decir tres pero el llanto , y la falta de práctica para hablar se lo impidieron.
-Y Sophie, por qué lloras? - De inmediato la menor se lanza a los brazos de Madison llorando desesperada.
- mamá... papá - Madison lo comprende entonces, la niña acaba de perder a sus padres, no sabe si estarán vivos o muertos, lo que es seguro es que ella está sola ahora. -No me abandones por favor-
-No te preocupes… no pienso abandonarte…-__ 10 años después __
-Woooooo! Nieve! Es nieve!- La ilusión y el entusiasmo emanan de la joven Sophie quien se encuentra en el coche con su madre adoptiva Madison, que conduce.
-Jajajaja, si es nieve, y me alegra que te guste por qué aquí habrá mucha.-
-En serio?! Qué pasada!- la pequeña vuelve a mirar por la ventana.- Y cómo se llama el pueblo al que vamos a mudarnos Mad??-
-Hmmmm si no me equivoco era South Park.-
-Me pregunto cómo será la gente allí… Crees que haya alguien como yo?-
-No lo sé… Sophie- la preocupación se apodera de Madison.
-Sí Mad?- la susodicha deja de mirar por la ventana y observa a quien la llamó.
-Ya se que soy un poco pesada, pero de verdad te pido que-
-Ya lo se- agacha la cabeza algo triste - No debo hacer nada que descubra lo que soy…-
-Lo siento cariño pero… no quiero que te pase nada y lo sabes, es por tu propia seguridad.-
-Lo entiendo Mad pero,- vuelve a mirar por la ventana - me gustaría por una vez poder ser yo, sin este “disfraz”, y encontrar a alguien como yo, el lugar del que procedo…-
-Lo se cielo, lo se. Y espero de todo corazón que algún día eso suceda, por qué ese día serás muy feliz y es lo único que quiero para tí: la felicidad.-
-Gracias Mad… - le abraza con cuidado de no provocar un accidente - te quiero mucho.-
-Y yo a tí pequeña, y yo a ti- Madison corresponde ese abrazo cómo puede, manteniendo una mano en el volante siempre. -Mira! Ya llegamos -Sophie vuelve a mirar por la ventana para ver un cartel en el que se puede leer: bienvenido a South Park. Observa detenidamente las casas, preguntándose a cual van a mudarse, cómo serán sus vecinos… Madison detiene el auto frente a una casa celeste, a un lado de esta hay una completamente roja.
-Es aquí.- Detiene el motor y desbloquea el seguro de las puertas.
- Siiiiiiii! - Sophie abre la puerta en cuanto escucha que se ha desbloqueado y sale disparada del coche - Nieveeee! - Sin pensárselo ni una vez se tira a la nieve y coge un puñado - Qué fría! Me encanta!-
- Está bien que te guste pero no quiero que te resfríes, venga ven y ayúdame a sacar las cosas - Madison abre el maletero del coche y coje unas maletas.
- Ya voy Mad! -
Se levanta y va a coger un par de maletas, mientras su madre abre la puerta.
Una vez carga con todo lo que puede se dirige hacia la casa y entra. Se queda observando detenidamente el interior, había un poco de suciedad, pero como la furgoneta con el resto de cosas no llegaría hasta pasado mañana, tienen tiempo de sobras para preparar y ordenar la casa y lo que hay en ella en condiciones.
-Y bien? Qué te parece?- Madison aparece detrás de Sophie con una amplia sonrisa y la jaula de su periquito azul.
- Me encanta! Es genial, y muy grande! Además es del mismo color que Luke -
- Me gusta que te guste cielo, anda y ve a escoger tu futura habitación-
- Genial!-
Sophie va corriendo hacia las escaleras que llevan al segundo piso y las sube saltando algunos escalones. Al llegar arriba mira las puertas que hay y se va directamente a la que más le llamó la atención: una puerta del mismo color naranja que sus ojos. Una vez frente a está la abre y entre en la habitación, es bastante amplia, sus paredes son de colores amarillo y naranja; casi parece que sean muros de fuego, y en la pared de enfrente hay una ventana. Los pocos muebles que hay son un de armario, un escritorio y una vieja cama. Se acerca a la ventana y la abre para ventilar un poco la casa y asomarse, justo entonces oye unas voces.
-Joder Butters déjate de mariconadas- Sophie posa su mirada sobre unos chicos que hay frente a la casa de al lado.
- Lo siento chicos, pero no puedo.- El rubio de jersey celeste y pantalones verde oscuro va en dirección a la casa y entra a está.
- Qué le den, no lo necesitamos- Un chico con sobrepeso que viste un jersey rojo pantalones marrones y un gorro azul claro y amarillo espetó de golpe y sin escrúpulo alguno.
- Si, di lo que quieras pero es el único tan inocente como para ayudarte en esa tontería culón- Le responde otro chico del grupo, este lleva una cazadora naranja, pantalones verde oscuro y una ushanka verde.
- Cambiando de tema… quién creeis que se ha mudado a la casa de aquí al lado?- Habla esta vez uno con el gorro azul marino y rojo, de chaqueta marrón.
Justo entonces el último de ellos, el de anorak naranja, se gira hacia la casa azul y de reojo ve a Sophie. Esta al no esperarlo se asusta y se aleja de la ventana como acto reflejo. Le pareció ver que ese chico tenía un aura algo tétrica y misteriosa... por lo menos desconocida para ella
-Ese chico… tiene algo… no sé por qué pero me da la impresión que algo no está bien con el…-
-Sophie, cielo… que pasa? -Madison entra a la habitación y ve a la niña sentada en el suelo murmurando para sí misma.
-Nada ma! -Se sobresalta un poco, tal vez solo son imaginaciones suyas…
-Está bien, no piensas salir a explorar? Siendo tú pensaba que ya estarías en la otra punta del pueblo haciendo amigos-
-Bueno, primero quería sacar los libros y demás de las maletas… Pero obvio que voy a ir luego, y pienso encontrar el mejor café del pueblo!-
-Jajajajaja, seguro, pero vigilame con esa pequeña adicción al café, sabes qué no es bueno para tí abusar de la cafeína y el azúcar-
-Si ma tranquila-
-Voy a dejar que recojas y ordenes tus cosas.Te he dejado dinero sobre la mesa de la cocina yo voy al hospital para la entrevista, deseame suerte-
-Buena suerte! aunque no la necesitas, eres genial- Sophie levanta el pulgar del puño derecho.
Tras eso Madison se va de la habitación dejando sola a Sophie para que ordene sus cosas. La peli-fuego se acerca a una de las maletas y la pone sobre la cama para posteriormente abrirla. De esta saca algunos vestidos y otras prendas de ropa, principalmente jerséis y chaquetas, y va ordenando todo en uno de los armarios que ya hay en la habitación. En cuanto termina con esa coje la otra maleta y repite la operación; en esta no hay ropa, hay cuadernos de dibujo, estuches con lápices y rotuladores y libros, la mayoría son cuentos e historias de ficción y mitología pero también hay varias enciclopedias de aves. Deja todo de forma ordenada sobre el escritorio y vuelve al armario para cambiarse la ropa y salir en busca de un buen café.
-Veamos.. qué me pon- Esto!-
Saca del ropero un vestido de tirantes azul marino, unas medias negras y una camisa de cuadros rosa,blanca y roja.
Baja hacia la cocina en dónde se encuentra la jaula de Luke, el periquito azul, y al lado de esta se encuentra el dinero que Madison le había mencionado antes de irse junto con la copia de las llaves de la casa.
-Adiós Luke, y recuerda: aléjate del lado oscuro de la fuerza, y de los gatos-Dicho eso toma el dinero y las llaves y se va. Al salir se da cuenta que los chicos escandalosos que vió desde su ventana ya no están por allí. Se asegura de llevar las llaves y cierra con estas la puerta antes de tomar rumbo a donde solo sus pies saben, después de todo no conoce el lugar y por algo pretende explorarlo.
Va caminando por la acera, observando todo con detenimiento, cuando escucha gritar a alguien detrás suyo, se da la vuelta y en ese instante un chico gira la esquina y se choca con ella, cayendo encima suya.Si hay algún error no duden en comentarlo, espero disfruten la lectura. :D
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The Fénix [South Park y OC]
RandomEsta es la primera historia y (a excepción de algunos) los personajes no me pertenecen, así que créditos a su respectivo creador. También habrá algunas cosas que no son de mi cosecha propia, pero que me gustan demasiado y pienso añadirlas... (tambié...