Escaleras a la Luna (PAUSADA POR EL MOMENTO)

Capítulo 4

Todo parece suceder en cámara lenta, aunque nuestros movimientos son impulsados por la Speed Force de los velocistas; Hunter se quita su camisa de mezclilla pasándomela por sobre la mesa, yo la tomo de entre sus manos, poniéndome encima para ocultar la playera de Marlene con un mensaje que su familia puede considerar ofensivo y no quiero causar una mala impresión por culpa de un maldito impulso de locura. Espera, ¿por qué estoy pensando en eso?

En el momento que ellos llegan a la mesa, Hunter se levanta y yo le imito, con rapidez me acomodo su camisa algo grande para mí, abotonándola a una velocidad impresionante, así como anudándola en la parte baja. La mujer de piel aceitunada, cabello castaño recogido en una coleta me observa, es joven por lo que puedo deducir que es su hermana, además del increíble parecido que tiene con Hunter; a su lado se encuentra un hombre mayor con algunas canas asomándose en su cabeza, él sonríe contagiándonos de su alegría, y entonces me pregunto ¿dónde está su madre?

—Hola papá, Lisa. —Saluda Hunter con una expresión nerviosa en su rostro, él me mira y sin previo aviso toma mi mano entrelazándola con la suya; nuevamente siento ese choque electrizante con su tacto, recorriéndome por completo e instalándose en mi corazón, haciéndolo palpitar estrepitosamente. Hunter vuelve la mirada hacia su familia, evitándome—. Ella es Shelby, mi novia. Shelby, él es mi padre Thomas Braxton y mi hermana mayor Lisa.

Lo que pasó después me tomo por sorpresa, Thomas y Lisa sonrieron llenos de felicidad, alegres de nuestra relación ficticia, su padre me abrazo tan eufórico que creí me rompería con su fuerza. Aunque ahora me preocupa la razón por la que Hunter les miente, es que acaso ¿es gay? ¿Por eso se oculta tras la fachada de un heterosexual? Sin poder obtener alguna respuesta en ese momento, todos pasamos a tomar asiento, ahora yo a su lado, mientras su hermana y su padre quedan frente a nosotros.

—Me alegro de que al fin hayas superado a Maru.

—Lisa, este no es el momento —le reprende su padre y yo sólo me pregunto ¿quién es Maru? Nadie dice nada, ni si quiera Hunter, su mención es como un huracán que llega sin aviso y arrasa con la armonía en un segundo. Yo lo siento, el ambiente tenso que se formó en la mesa con sólo decir su nombre; la curiosidad me carcome ¿qué pasó entre Maru y Hunter? ¿Maru era su novia? ¿Quién termino a quién? ¿Acaso Hunter todavía siente algo por Maru? Y lo más importante, ¿Es Maru la verdadera razón por la qué les miente?

—Cuéntame un poco de ti Shelby, ¿estás estudiando? O ¿Trabajando? —Thomas Braxton me pregunta, tratando de dispersar la neblina gris de la mesa.

—Estoy en mi último año de la carrera de Biología Marina y por las tardes trabajo medio turno en el Café Mokasky —respondo, cruzando los dedos para que no haga la pregunta del millón.

—Suena muy interesante. —Dice el hombre ampliando su sonrisa—. Espero que cuando te gradúes de la Universidad, encuentres un trabajo de tu agrado Shelby. Gracias a Dios, Hunter consiguió un empleo pronto y sé que no le va nada mal.

—Basta papá, estás avergonzándome —profirió Hunter en un murmullo.

—¿Qué? ¿Ahora no puedo decirle a tu novia lo orgulloso que estoy de ti?

—Sólo no la abrumes con eso —se excusó Hunter y yo agradezco internamente su intervención.

—¿Desean ordenar? —la voz cantarina de la camarera interrumpe en el momento adecuado, acercándose a nuestra mesa con su libreta lista para tomar nota.

Con todo el asunto de las fotos, las mentiras y las conversaciones vagas se me olvido por completo revisar el menú; le doy una rápida ojeada para terminar ordenando lo mismo que siempre como en un restaurante chino; yakhimeshi. Después de tomar nuestro pedido la camarera se alejó para minutos más tarde volver con nuestras bebidas, cuando hemos vuelto a estar los cuatro solos el interrogatorio continua.