••• actualizaciones lentas ••• (reestreno 28/10/20)
Un cómico escape que lleva a un encuentro. Un encuentro que lleva a una conversación. Una conversación que lleva a una amistad. Una amistad que lleva a lo incondicional. Lo incondicional que lleva...
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Nota: Comienza la resubida de la novela, este capítulo está ligeramente modificado y creo que la mayoría de la primera parte de la novela será así, quizás haya uno que otro completamente nuevo 💚
Capítulo I: E
(Don't you - Simple Minds)
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Como de costumbre, llegar un lunes temprano a clases es casi imposible.
La cosa es simple, la casa que teníamos fue hipotecada y tuvimos que mudarnos a una que está camino a las afueras de la ciudad, por lo que el tráfico de los lunes en la mañana provoca que nos retrase. Además, a quién no le cuesta iniciar la semana, no sé si en algún momento de mi vida me podré levantar temprano un lunes sin tener que poner cuatro alarmas y sin quejarme.
Y es cosa de los lunes, los otros días sólo tengo que poner dos alarmas, en fin...
Mis padres trabajaba en una compañía que por unos malos negocios quebró, provocando que todos fueran desempleados y no recibieran el pago que les correspondía. Nuestra vida cambió un poquito de la noche a la mañana; no éramos ricachones, pero teníamos una buena situación, por lo que tuvimos que ir poniendo ciertas cosas en categoría de prioridad antes de llegar y gastar.
No considero que me hayan malcriada o que conseguía todo fácil, nunca me ha gustado pedirles mucho dinero a mis padres; de hecho, cuando era más pequeña me costaba, no sabía cómo hacerlo, me incomodaba. Sentía que ya habían hecho tanto por mí que no tenía que abusar de aquello, supongo que en algún momento ellos se habrán dado cuenta de eso o mi comportamiento hacia temas relacionados porque uno de esos días se sentaron a conversarlo conmigo. Una de todas las charlas que tuvimos en mi proceso de adaptarme.
De igual forma, este verano trabajé en vacaciones. La vida es a base de esfuerzo nos guste o no, y tenemos que aprender a hacer méritos para obtener lo que queramos.
A mitad del año pasado, tuve que cambiarme a la preparatoria que voy ahora, los cambios repentinos me ponen nerviosa, más que eso, los detesto. Recuerdo que la noche antes del ingreso a clases con suerte dormí cuatro horas porque me dolía el estómago de los nervios, no tenía amistades verdaderas en mi antiguo instituto y pensar que tampoco encajaría acá me hacía sentir insegura, quería dejar de sentir aquella sensación de ser solo yo contra el mundo. Quería amigos con los que pasar el rato, cotillar en los recesos, ir a comer, salir a dar una vuelta, a los cuales querer.
Para mi sorpresa el universo se apiadó de mí y las cosas resultaron bastante bien, o por lo menos hasta el momento van bastante bien.
