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"¿Como que ya no?" Hiyori sonaba confundida y algo dolida, Maki tan solo intento ignorar eso.

"Pasaron algunas cosas y ahora no puedo dejar mi casa" Sabia que tendría que decirle a su novia que era porque su hermana se quedaba y su padre la amenazo para que no la dejara sola.

"¿Por qué Maki-chan?" Podía escuchar la voz entristecida de Hiyori a través del teléfono pero prefirió no decirle. No aún.

"Cosas personales" Respondió secamente "Adiós, tengo que trabajar" Cortó y se sintió mal consigo misma por tener que tratar así a su novia, pero luego suspiro y miro todo su departamento. Le presto mas atención a dos maletas grises en el medio del salón junto con un papel pegado en una de ellas.

/Idiota, tengo que irme para poder encontrarme con una vieja amiga y quiero llegar y que mis cosas esten guardadas y bien ordenadas. Hazlo por mi, kohai\ Un gran enojo la invadió en ese momento de pensar que en su día libre de trabajo tendría que pasársela ordenando las cosas de su hermana mayor.

"Estúpida, cuando regreses ya veras" Dijo sin pensar, para luego solo agarrar ambas maletas y llevarlas a su cuarto, que ahora era de su hermana, y abrir una "Ropa..." De la nada sintió un bajón enorme y toda la vagancia invadirla, pero simplemente se pego despacio en la mejilla y termino por abrir y mirar todo su armario.

Fue facil ordenar la ropa, ya que Nico tenía mucha pero Maki tenía muy poca, por lo tanto había suficiente espacio para todo. Abrió la otra maleta y pudo ver un portátil, dos pares de zapatos, y algo rosa que no pudo identificar.

"¿Pero qué....?" Se sorprendió y a la vez enojo cuando pudo sacar y ver que era una manta rosa muy suave. Miro su cama y solo suspiro, cuando su hermana se fuera volvería a la normalidad.

En la otra maleta había mas que nada cosas típicas, también encontró una billetera con dinero pero apago su lado ladrón y dejo esa billetera encima de la mesita de luz.

"Terminé..." Suspiro y miro todo el cuarto "Bien, no tarde mucho" Miro la hora en su celular y pudo ver que habían pasado 3 horas. Ajá, no tarde mucho.... Pensó con ironía, para luego solo tirarse en la cama con la sabana rosada muy suave. Sin darse cuenta se quedo profundamente dormida.

ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora