Notaba mi cuerpo cansado de no haber descansado bien en los últimos días, aunque intentara dormir pronto y seguir hábitos saludables, nada hacia efecto; por ello, unas ojeras oscuras acompañaban mi rostro.
La hora de educación física se acercaba por momentos y yo temía que sucediese lo peor.
Cuando sonó la campana anunciando el fin y el inicio de la siguiente clase, intente imaginarme todas las posibilidades que yo tenia la saltarme esa hora, pero estaba tan agotado que no pude ni pensar. Espere a que saliesen todos y me dirigí al gimnasio.
En el momento en el que llegué a los vestuarios ya casi todos se estaban cambiando de ropa para ponerse el chándal y saliendo hacia el gimnasio. Deje mis cosas en la taquilla y me cambie.
Cuando salí del vestuario y me dirigí al gimnasio, llegando justo cuando el profesor les mandaba correr un par de vueltas a este, aproveche esto y me acerque al profesor.
— Marcos ¿puedo comentarle algo?
Marcos se giro y me dirigió una mirada inquisitiva.
— Adelante.
— Hoy me siento bastante mareado, no creo que pueda hacer mucho hoy.
Marcos suspiró, no era la primera vez que le pedía no hacer la clase por mi estado físico.
— ¿No tienes justificante medico o de tus padres? —negué— Entonces tienes que hacerla o sino suspenderás al final, ya llevas muchas clases ausentadas. —suspire agotado, asentí sin mas y me dispuse a empezar a correr.
Las primeras vueltas no me fueron tan mal, hasta que me empezó a dar flato y costarme respirar, decidí bajar el ritmo. En algún momento del ejercicio, Eric estaba a mi lado (casi me tropiezo al darme cuenta)
— ¿Estas bien? Te ves pálido.
Negué — Estoy mal, pero Marcos me obligo o sino me suspendía.
— Si te sientes mal no debería obligarte, aun así, avisame si sigues así, a lo mejor si se lo digo yo cuela.
Sonreí y negué con la cabeza.
— No creo, Marcos es muy cabezota.
Eric río y no se porque pero me hizo feliz.
— Bueno, yo me voy a adelantar. Luego hablamos.
Me despedí y siguió corriendo.
•••
No se cuanto tiempo estuve corriendo, en un momento dado empecé a sentir dolor de cabeza pero no me pare.
Cuando Marcos mando parar yo no podía ni con mi alma. Me senté en el suelo y escondí la cabeza entre las rodillas, estaba sintiéndome mareado y veía como puntitos blancos.
De repente una mano se poso en mi hombro, levante el rostro y vi que era Eric, quien sino.
— ¿Quieres ir a la enfermería? Te ves más pálido que antes.
Yo me negué, pero el seguía insistiendo, así que accedí al final.
Eric fue a por mis cosas y a avisar al profesor. Cuando volvió me ayudo a levantarme y me acompañó.
Cuando llegamos, le comente lo que me había pasado a la enfermera y esta me dijo que me tumbase en una de las camas. Luego se marcho durante un momento.
Eric dejo mis cosas en una silla y el se sentó a los pies de la cama.
No se porque Eric era tan bueno conmigo, seguro que ya le habían avisado de lo raro que soy o escuchado rumores de mi. La verdad es que no lo entendía. Ojala pudiera confesarle que estaba enamorado de él, de su forma de ser, que no sabia porque le apasionaba tanto, de sus gustos, de las pecas que coronaban su nariz, de todo su ser.
Pero no podía.
Cerré los ojos he intente relajarme, no podía tener ese tipo de pensamientos delante de él.
***
Siento haber estado desaparecida. No sé si volveré a hacer más capítulos narrados. Espero que el capítulo haya estado decente, ya no sabía que más poner 😂.
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Hey, pelirrojo!
Short StorySegunda parte de *Hey, morena!*, se puede leer aunque no se haya leído previamente la primera parte. 🌺🌸🌼 Hey, pelirrojo! La primera vez que te vi entrando por la puerta de este deplorable lugar, fue como si de un ángel se tratase. Eres hermoso. N...